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     Dobló  la carta y la guardo en su maleta. Después salió de la casa sigilosamente. Estaba nublado y la fina precipitación de nieve no cesaba . Apenas era noviembre y ya se podía sentir la llegada del crudo invierno. 
       Deambuló por la calle un largo rato. A su izquierda , el enorme lago , al que no deseaba ni acercarse, se congelaba cada vez más. A su derecha , las sillas colgantes que transportaban a los esquiadores a la cima de la montaña se desplazaban con lentitud . Era un paisaje móvil, pero aburrido. La mayoría de las canastillas iban solas.
        Subió la escalera hecha con lámina de agujero aserrados y entró a la cafetería de la montaña. Dos esquiadores bebían chocolate caliente después de una jornada de deporte. Había muchas mesas vacías. Itzel tomo asiento y respiro hondo mirando por la ventana.
          De pronto,  la puerta de la cabaña se abrió y apareció un profesor de esquí seguido por tres muchachos y dos chicas. Todos arrastraban sus pesadas botan mientras se quitaban los cascos , guantes y goggles . Parecían exhaustos. El traje del maestro tenía bordada en el hombro la palabra coach . Los chicos portaban en el mismo sitio la leyenda ski team. Apenas se acomodaron en las bancas , el coach empezó a hablarles. Itzel observo la escena y quedó asombrada por tres razones: Primero, él era un hombre moreno , bajo de estatura, con facciones toscas y la pierna derecha lastimada . ¿Un latino minusválido dando clases a jóvenes norteamericanos? ¡Absurdo! En segundo lugar, el hombre pronunciaba el inglés de manera tan clara que Itzel comprendía a la perfección y, en tercer lugar, como líder, desbordaba gran optimismo, daba palmadas en el brazo a sus muchachos , trazaba líneas en el aire y transmitía un entusiasmo extraordinario.
          Al final, los chicos recogieron sus cascos, guantes y goggles y se despidieron. El más fuerte y apuesto de los muchachos le dijo al entrenador.                                                      —Gracias por todo,  Ax. Que tengas buen día. 
—Tu también, Rodrigo. Hiciste un gran trabajo hoy.
  ¡Hablaban español!
      Los chicos volvieron a la nieve. El entrenador camino hacia el mostrador de la cafetería. Usaba un bastón y arrastraba la pierna .
¿Como daba clases de esquí así? Itzel, sorprendida y cautivada por la idea de hablar en su propio idioma con una persona tan interesante camino hacia él y le tocó el brazo por un costado.

INVENSIBLE . ( Sangre De Campeón ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora