¡¿Piratas en Konoha?!

Hasta que llegaste

Sanji reboleaba patadas y Zoro las esquivaba, sacó sus katanas y atacó al rubio, sin duda el entrenamiento matutino de hoy era bastante especial. El peliverde le habia pedido al ojiazul que lo ayude a entrenar, y por "pedir" me refiero a que lo provocó muy temprano en la mañana, cuando el rubio recien se levantaba y estaba con el humor bastante delicado. Pero necesitaba descargarse, habia estado sintiendo cosas muy extrañas desde que llegó a Konoha, y mas cuando se trataba de cierta pelirosa. Le gustaba verla sonreir, eso lo hacia feliz, pero no le gustaba cuando fingia estar bien...podia darse cuenta al instante cuando lo hacia. Pero habia descubierto algo recientemente, cuando alguien le nombraba a ese tal Sasuke su rostro se iluminaba, y eso lo hacia enfurecer...¿pero porque? Ademas, estaba el caso de las frutas del diablo que misteriosamente llegaron a ese mundo, jamas creyeron que estas los perseguirian con tanta persistencia. Pero ¿que harian con ellas? Lo unico que podian hacer era cuidarlas, ver que nadie las toque y menos que se las coman.
El peliverde estaba con la cabeza en las nubes y eso molestó a cierto rubio. Dejó de pelear y se paró a fumar un rato.

Zoro: (molesto) ¿Que haces ero-cook?

Sanji: (exala humo) Seguire cuando tu cabeza este aqui.

Zoro: ¿De que rayos estas hablando?

Sanji: No soy estupido, estas con la cabeza en cualquier lado menos aqui.

El peliverde bufó, no habia nada que odie mas que darle la razon al rubio, es por eso que se acostó en el cesped, puso sus manos detras de su cabeza y cerró los ojos. Sanji sabia que algo pasaba, y no era que le importe lo que le pase al marimo, claro que no. Simplemente fue curiosidad lo que lo llevó a preguntar.

Sanji: (se sienta a su lado) ¿Que sucede?

Zoro: No te importa.

Sanji: Tienes razon, pero es molesto asique dime.

Zoro: No voy a sincerarme contigo, me da escalofrios.

Sanji: Creeme tambien a mi, pero si sigues asi de idiota voy a acabar con esa maldita cabeza de musgo tuya.

Zoro: (suspira y tapa su rostro con su brazo) Es Sakura.

Sanji: (lo mira) ¡¿Hah?!

Zoro: Y las frutas.

Sanji: Oi...

Zoro: (se levanta) Quiero sake, me voy.

Sanji no pudo creer lo que oyó. Se incorporó y tomó al espadachin del brazo. Lo obligó a mirarlo y lo fulminó con la mirada.

Sanji: Explicate marimo.

No tuvo opcion. Zoro le contó todo lo que habia sentido desde que llegó a Konoha, era la primera vez que hablaba tanto con el cocinero, ya que la mayoria de sus interacciones terminaban en peleas.
Sanji lo escuchó con mucha atencion mientras fumaba su tercer cigarro, aun le era bastante raro escucharlo hablar asi de una chica, pero de alguna forma sentia que estaba conociendo una nueva parte de su nakama, una que jamas habia visto y que seguro el tampoco conocia.
Cuando terminó de contar, el silencio reinó entre ambos...y eso lo molestó.

Zoro: ¿Que hago?

Sanji: (sorprendido) ¿Me estas pidiendo consejo?

Zoro: Tienes razon, sin sake no pienso bien (se va)

Sanji: Espera. (lo detiene) Te estas enamorando marimo.

¿Enamorando?...na...no podia ser cierto. El jamas habia sentido eso antes, jamas. Ademas era absurdo, eran de mundos completamente diferentes, no es como si ella se fuera a ir con el en el Sunny, y sin mencionar que ya tenia a alguien en su corazon. Sin duda no podia ser eso.
Zoro no contestó, solo se fue zafandose del agarre del cocinero, quien al verlo irse una sonrisa traviesa se escapó de sus labios, ver al marimo asi era divertido.