o n e.

369 17 2
                                    

La noche había caído en Busan, mis pies se arrastraban por el suelo blanquecino del hospital. Mi mirada viajaba por los números de las habitaciones. Su color era una mezcla extraña entre un dorado y grisáceo. Me encogí de hombros y seguí mi recorrido por la habitación doscientos seis.

—Yong-ah, hasta que vuelves. —Miré con indiferencia a JungKook, quien estaba recostado contra la pared blanca a un lado de mi habitación.

—Me llamaron para hacer pruebas... Además, ¿tú no deberías estar en tu cuarto? —Pregunté con curiosidad, mientras tomaba un vaso y lo llenaba de leche.

—Meh, quería visitarte, además dejé que la enfermera se escapara con su novio a cambio de dejarme venir aquí. —La sonrisa brillante de JungKook apareció por sus belfos. Tomé un sorbo, intentando disimular a la sonrisa que también apreció sobre mis labios.

—Ah~, ya no sabes beber. —Seguí la mano de JungKook, quién tomó un trapo de la encimera y limpió las comisuras de mis labios. Sus dedos rozaron mi piel haciendo que un extraño cosquilleo se instalara en mi vientre.

—Lo siento... —Murmuré con un sonrojo en mis mejillas. La dentadura parecida a la de un conejo se apareció por mis ojos. La risa risueña se escapó de JungKook.

—Eres tan adorable Yong~. — La mano del chico se acercó a mi mejilla y la acarició con suavidad, provocando que aquel cosquilleo en mi vientre se volviera más fuerte y las palpitaciones de mi corazón más fuertes.

—Para nada...—Me negué mientras me sentaba en mi cama, escapando del tacto dulce de JungKook.

—No mientas, pequeña. Es malo hacerlo.

—Kook, no soy tierna no bonita, para nada... — Un puchero se instaló en mis labios mientras JungKook se sentaba cerca de mi cuerpo. Su mirada no me dirigía nada bueno.

—¿Por qué mientes? —Su rostro estaba demasiado cerca, sentía su respiración chocar contra mi rostro. Me alejé, provocando que mi cuerpo quedase sostenido por mis brazos.

—¿Por qué mientes si sabes que eres bonita? —El tono bajo y susurrante del pelinegro frente a mí me desconcertaba, mis palpitaciones estaban por los cielos y no entendía como no habría sufrido un oaro cardíaco.

Las manos del chico frente a mí viajaron a mi vientre, comenzando a picarlo y sacarme risas estruendosas escaparse de mis labios. Me retorcía sobre mí, mientras la sonrisa burlona de Kook seguía sobre su lindo rostro.

¿Lindo? Es hermoso.

La falta de aire y lágrimas no se hicieron esperar. Con mejillas sonrojadas pedí que se detuviese, intentando sacar sus manos de mi estómago.

—¡K-Kook! ¡P-por favor! —De nueva cuenta una risa se escapó de mis labios. Hasta que dejé de sentir los suaves dedos en mi piel, tomé la almohada más cercana y comencé a golpear su anatomía.

—¡Ah! ¡Yah! —Los quejidos seguían acompañados de golpes propinados por mí. Sentí las manos de JungKook tomar mis brazos y tirarme a la cama, producto que dejó que él quedase encima mío.

Mi respiración era errática comparada a la suya. Con delicadeza, las manos de JungKook se fueron moviendo de lugar, de estar en mis muñecas paso a mis codos, luego siguieron hasta llegar a mi vientre, justamente mis costillas.

—¿No haz pensado en comer más? —Pregunto mientras acercaba su rostro al mío. Me negué a su pregunta y mis mejillas empezaron a sonrojarse cuando sentí sus suaves belfos besar mis pómulos. —Piensalo, tus huesos comienzan a aparecer cada día más. —Le gustaría decir que su sistema era raro, por mucho que comiera, no había una barriga en su estómago y los huesos se notaban más.

Le gustaría hablar, pero JungKook estaba besando sus labios dulcemente.

—🌻
estamos a dos de agosto, dentro de cuatro días es my birthday :D ahre.
bueno, me dedique a terminar este cap., porque estaba incompleto y idk porque :v

no' vemo'!

—momori🌻

never mind; jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora