Delirio

Prólogo

Nuestra vida cambió de la noche a la mañana, sin cuestión alguna, obligatoriamente. Viajamos entre la oscuridad para tornarnos con otra de la misma especie, pero más cruda y  amenazante. Nos dictaron hacer algo que nadie quería hacer. Tomamos armas que jamás creímos que utilizaríamos y atacamos las ciudades. No queríamos hacerlo, algunos, mientras que a otros les invadía un nacionalismo absurdo que nunca llegué a comprender. Caminamos por las calles en ruinas, monopolios que alguna vez dominaron los distritos. Tanta gente muriendo frente a nosotros injustamente, y a los altos mandos militares pareciera no importarle. Disparamos químicos que tornaron naranja el aire que respiramos, las aguas se tiñeron de colores que nunca antes había yo visto. Armas biológicas también utilizamos, vaya barbarie, es doloroso saber que el planeta que nos acoge no sólo sufre de nuestra propia explotación de recursos sino también una modificación injusta de su funcionamiento natural. No le encuentro sentido a esta guerra, las personas que nos afrontan son seres humanos al igual que nosotros. Matándonos, burlándonos, sintiendo que somos diferentes; estúpido es ello. Ya no importa. Esto es algo que muchos temen, pero creo que es el mejor momento para que a mí me suceda. No quiero vivir en un mundo con sufrimiento, prefiero ver hacia delante, responderle al cielo con el amor que me resta en mi corazón y esperar a recibir lo que el destino o cualquier dios me depare. Finalmente, siento cómo una bala atraviesa mis entrañas y agradezco por lo que viví y por lo que no también. Toda la gente que ame se reveló en mi mente con imágenes de los mejores momentos de mi vida, a pesar de ser joven. Y caigo al suelo y escucho a Toni gritar como nunca antes lo vi; gritaba mi nombre, me abrazaba, la imagen se desvanecía en mis ojos. Todo lo que hubiéramos podido vivir, ¿no es así? No fue nuestro momento. Pero Dios, o quien sea, ha de sentirse feliz, o tal vez no... Estoy delirando, tal vez. Lo amo, o..., ¿lo ame? No lo sé... Discúlpame. Discúlpame...