Epílogo

270 32 3
                                    

Pasaron setenta años, Ayrton vivió una vida solitaria, pero caritativa. Creó programas de rescate y ayuda para los damnificados de Asia que todavía sufrían lo que la guerra atómica había dejado. Salvó muchas vidas y restauró muchas localidades.
Cayó enfermo a causa de su avanzada edad. Un último respiro de vida le quedaba. Escuchaba a los médicos hablar, al pastor rezar. ''Ya no hay nada más que hacer, démosle tiempo para poder encontrarse con Dios Padre y sus legiones de ángeles.'' Los doctores salieron de la habitación. Cerraba sus ojos y los abría. Sentía el vaivén de su alma como si fuera el océano. El anciano, con esfuerzo, cantaba una canción que apenas podía recordar, la voz se le cortaba.

Shaking all my demons, you were the only light for me
And we danced in the middle of the war
When nobody knew my name
But you were there, standing in front of me
If I could only had stopped the time
So I could make you feel the same

Parpadeó, cerró los ojos y al abrirlos vio esa preciosa figura de la que se había enamorado hace setenta años, justo delante de él.

- Eres tú. Has venido por mí. Te ves tan joven, como en aquel entonces. -

- Me has tenido delirando allá el cielo. Ven conmigo, salgamos de aquí. -

Extendió su mano y dejó su cuerpo. ''Sígueme'', y ambos, se reconocieron y se alejaron del plano en el que se encontraban.

"Tu alma luce tan joven, como en aquel entonces."

DelirioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora