El hada.

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No puede ser. ¿Cómo lo sabe? No se lo he dicho a nadie, ni siquiera a Bi.

Ocurrió hace dos semanas.

Volví de comprar y mi madre empezó a gritarme por cualquier tontería. Ahora ni siquiera la recuerdo. Bajé a la pista de tenis a llorar y estar sola y ,en un momento de frustración, golpeé la pared con el puño. De repente, una luz blanquecina salió de mi mano y se oyó un estallido.

Segundos más tarde, había un gran boquete en la pared de ladrillo. En aquel momento, estaba tan molesta que no me di cuenta. Grité de frustración y agobio y hubo un nuevo estallido de luz,más grande y más fuerte y poco después, tomé conciencia de lo que ocurría.

No llevaba la misma ropa. Lucía un vestido blanco y suelto, con una goma que hacía que se adheriese al cuerpo en la cintura.Me llegaba hasta los codos, dejando la clavícula al descubierto. Caía hasta el suelo lacio, con la falda cubierta de tul. En mi cabeza, una corona de jazmín en la cual se enroscaba mi pelo formando un gran moño. Iba descalza.

De repente, se oyó un estruendo. Un coche. Al asomarme por el muro, vi el coche de mi madre perderse en la distancia. Estaba sola. Subí a casa a mirarme a un espejo de cuerpo entero. Y me llevé una sorpresa. De mi espalda nacían unas preciosas alas de mariposa. Parecían hechas de luna. Brillaban con cada movimiento mío.

Me propuse descubrir si podía utilizapista

Volví a bajar a la pista y probé a saltar y ver si me quedaba colgada en el aire como si me sujetara un hilo o algo así. Como en las películas. Probé y probé durante media hora y al final me di por vencida.

Desanimada, me senté en el suelo y bajé la mirada a mi maravilloso vestido, deseando saber qué se sentiría al volar, esa libertad que deben tener las golondrinas al surcar el aire. Cuando levanté la mirada, flotaba en el aire. Como un globo de helio pero a la altura que yo deseaba y podía moverme en cualquier dirección y hacer piruetas. Me sentía como una acróbata del Circo del Sol.

Estaba volando cuando oí un coche aparcar. Mamá había vuelto. Deseé bajar y lo hice y cuando me pregunté cómo narices iba a explicar mi vestido o mis alas, simplemente, desaparecieron y volvió mi ropa.

No he vuelto a conseguir transformarme. He llegado a la conclusión de que necesito un detonante, alguna emoción fuerte, pero nada me ha hecho explotar. Quizá él lo consiga. Damon. ¿Qué sabe él de mis transformaciones? Y, ¿por qué no puedo volar?

Mi mente de llena de preguntas cuyas respuestas están por responder. Pero tengo la corazonada de que mis respuestas están a buen recaudo en un chico alto, moreno, de ojos verdes e indescriptiblemente atractivo. Y por mucho que me aturda su masculinidad, pienso sonsacárselas. Cueste lo que cueste.

Mañana tengo francés otra vez a tercera hora y más me vale aprov

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2014 ⏰

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