Mi muerte

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CAPITULO I

MI MUERTE

Era el día 1998, todo era diferente. Yo era diferente. Sentía el sol en mi cara lastimándome, áspero y doloroso. No sabía que estaba ocurriéndome. Alrededor mío había muchas personas.

-¡Oh no!- grité.

-¿Qué ha pasado? ¿Qué he echo? ¿Qué es esto? ¿Qué soy?

Eran demasiadas preguntas, demasiadas dudas.

Las gente ha mi alrededor, estaba... muerta, sangre en todas partes. Esto no me puede estar pasado, no a mi. ¿Porqué ha mi?

¿Qué habrá pasado con mi familia?

Lo último que recuerdo es...

Es, que Devora, la esposa de mi padre.

-¡oh no!

-¡DEVORA ME DISPARÓ!

Nunca confié en ella...

Mi padre no era bueno escogiendo mujeres, él creyó que ella sería buena madre. Que estúpida idea.

¿Dónde estarán mis hermanos? Tom, Leila, Billy y Frederic. Ellos son todo para mi, no es fácil ser la hermana mayor.

Tom, sólo tiene 13 años, no sabría entender nada, sólo es un niño.

Leila, ella si que sólo piensa en ella, no ayudaría a Tom a que se tranquilizara. No la culpo, sólo tiene 16 años, difícil edad.

Billy, mi hermano impulsivo y agresivo. Él sólo se enojara con Devora, con todos. ¿Si la mata? Oh no, el podría morir. A sus 18 años años, es tan pequeño, le falta mucho por vivir.

Frederic, mi adorado hermano, el más comprensible, el moral, el ayudara, lo sé. Sé que sólo tiene 20 años, pero también sé que ayudara.

En vez de estar pensando en como son, tengo que encontrarlos, saber dónde están. Dónde los tiene Devora.

*******************************

Salí de aquel bar todo destruido, en ruinas y me dirigí a mi casa...

Que bueno que era de noche, la luz del Sol lastimaba horrible. La noche era silenciosa, muy silenciosa. Siempre es así en Cambridge. Eso es un poco tenebroso aquí, las noches son peligrosas y no son seguras, todo eso se debe a los; "chupa-sangre". -Que estúpido nombre, todos los de aquí deberían llamarles por lo que son. Unos malditos vampiros, monstruos.

-¿Mierda? ¿Qué pasa?

Pasaban dos sombras corriendo a lado mío, no paraban de correr.

Entonces, una de ellas paro y me vio con sus ojos rojos, un rojo intenso que asustaba.

-Hola-. Dijo burlonamente.

-H-o-la-. Tartamudee.

Era alto, cabello rizado, ojos color verde claro, vestía unos pantalones vaqueros con una camisa color blanca.

En eso, otra de ellas también paró. Se paró frente a mi.

-Vaya, veo que alguien quiere morir esta noche.

Más alto que el primero, ojos color miel claro, cabello negro despeinado. Vestía una túnica color negro.

-¿Qué?-. Respondí asustada.

-Já, ahora se hace la que no sabe-. Respondió el primero que me hablo.

-Siempre es así, nos llaman, se hacen los valientes y después no saben nada-. Respondió el segundo.

Vampiros perdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora