Capítulo 2

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LA MORDIDA

***

Ya era de mañana y Adam estaba en el baño, mirando su herida, el simplemente no entendía. ¿Qué había pasado? ¿Qué era eso? Él quería investigar pero por otro lado simplemente prefería quedarse callado, en algún momento su herida iba a curar.

Cuando llegó a su casa por la noche, su mamá estaba ahí, le dijo que estaría castigado, pero su madre nunca cumple con sus castigos, así que no es algo por lo que Adam tenga que preocuparse.

Adam, decidió llamar a Alex. Para así poder ir al colegio, un edificio sustituto ya que la escuela original esta plagada de gente muerta y una especie de humano rara.

—Alex, ¿Vendrás por mi o me voy en mi auto? —dijo Adam, cuando su amigo atendió el celular.

Si, voy por ti, y luego debemos pasar por Alexia —respondió Alex.

—Bueno, te espero fuera de mi casa

—¿Tu madre te castigó verdad? Sin auto y por eso me llamas —Adam rió ante su comentario, Alex había adivinado, como siempre—. Voy a tomar esa risa nerviosa como un sí. Nos vemos Adam.

Nos vemos Alex —Adam cortó la llamada y bajó al comedor para desayunar junto a su madre o su padre.

La mesa estaba preparada, tostadas, jugo de frutas, té. Su estomago le pedía a gritos que se comiera todo de un solo bocado.

—Buen día, Adam ¿Cómo va tu día hijo? —le pregunto su padre, Máximo.

—Bien papá, ¿El tuyo?

—Bien, ¿Cuantas veces te dije que me dijeras padre? Odio cuando me dices papá, Adam —refunfuñó Máximo.

—Disculpa... padre. ¿Mi madre está? —preguntó Adam, cambiando de tema.

—No. Se fue temprano a su oficina, ser una prestigiosa abogada no es trabajo fácil —simplemente asintió y comenzó a desayunar.

Sus padres siempre habían sido así de distantes y fríos, pareciera como si no tuvieran corazón o sentimientos. Él simplemente aborrecía cuando sus padres lo trataban así.

«¿Por qué no puedo llamarlos papá o mama? ¿Por qué en esta casa esta prohibido abrazarse o mostrarse afecto entre nosotros? Si esto se supone que es una familia unida, que asco; no quiero una Pensó Adam para sus adentros.

—¡Buenas noticias Adam! —dijo su padre cortando una llamada en su celular—. ¡Te conseguimos una universidad de abogacía!

—¿Qué? Terminaré la preparatoria en dos años padre, ¿Cómo que ya consiguieron una universidad? —preguntó Adam confundido.

—Si vas bien en el colegio, tal vez pueda hacer algo para que te adelanten los años, Adam, ¡Esto es asombroso, hijo! ¿No estás feliz? ¡Es tu futuro! ¡Tu hermoso futuro como abogado! ¡Seguirás el legado de la familia hijo!

Adam no aguantó la rabia, ya habían arruinado parte de su adolescencia haciéndolo ver como un niño malcriado de familia rica. No iba a permitir que lo humillen otra vez. Él no quería ser abogado, él quería estudiar dibujo, quería dibujar y dibujar. Tenía un talento con respecto a eso y no iba a permitir que nadie, y mucho menos su padre o su madre, interviniera en sus sueños o metas. En ningún momento se le cruzó por la cabeza ser abogado, no iba a terminar siendo un amargado de la vida como su padre que todo tiene que ser perfecto. Para él los errores se cometen y más de una vez los cometió a propósito para que sus padres le prestaran atención.

—No papá, no estoy feliz. ¿Sabes que me haría feliz? Un poco de afecto emocional y apoyo con respecto a mis decisiones, no pienso ser un abogado, ni médico ni nada "prestigioso" como le llaman ustedes con mamá, voy a ser un artista porque eso es lo que me apasiona. —Adam se dio cuenta de que había elevado la voz y su padre tenia el rostro rojo, más la furia que le invadió al saber que Adam tenia esos pensamientos sobre su vida.

—El afecto emocional es para niñas, tú, eres un hombre, que tiene que aprender a apoyarse en sí mismo. No puedes depender de un beso de las buenas noches o un abrazo, Adam. Así es la vida. Y ya que opinas así de mí, voy a decirte algo: mi vida es perfecta, y tengo todo controlado, tú serás abogado y tu hermana Noelly también. Y no me importa lo que piensen al respecto. Y si quieren ser dibujantes o cantantes, será sobre mi cadáver Adam. Y mira que tengo razón, tu hermana ya esta terminando su carrera de abogada, obligada, pero ya me agradecerá. —respondió enfurecido su padre.

—Yo me voy al colegio, no pienso quedarme aquí discutiendo algo de lo que ya tengo mis pensamientos armados. Adiós Máximo.

No dejó hablar a su padre y comenzó a caminar hacia el colegio. Tomo su iPhone en sus manos y puso música con sus audífonos.

Llegando a la preparatoria sintió su celular vibrar y la música se paró. Era una llamada entrante de Alex, él le atendió.

¡¿Adam donde estas?! ¡¿Estás bien?!

Tranquilo Alex, estoy bien. Llegando a la escuela. Apuesto a que fuiste a buscarme y mi padre...

Si, tu padre me corrió de tu casa, en fin, estoy al lado tuyo no por qué seguimos hablando por teléfono

Cuando Adam miró a .su derecha vió el auto de Alex. Y venía con Alexia, la chica de la que Adam siempre estuvo enamorado, su mejor amiga —y la de Alex también—.

Llegaron al colegio (sustituto ya que el "oficial" está plagado de cadáveres), y estaban los tres en su primera clase. De repente a Adam comenzó a dolerle la cabeza, puntadas por todos lados, su corazón latía rápido, y cada vez el dolor se hizo más intenso. Comenzó a oír cosas, como si tuviera audífonos, tomo su cabeza en sus manos y la escondió entre sus rodillas, escuchaba como los lapices escribían, como una chica de atrás se comía las uñas. Cuando miró hacia abajo vio que la herida de su tobillo ya no estaba.

Wolf // The OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora