Momentos decisivos

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Como siempre me desperté, desayuné y fui al colegio, tampoco es que me hiciera mucha ilusión, pero, ¿Qué se le iba a hacer? Estuve pensando en que hacer, y que camino seguir, no podía sólo seguir siempre hacer que me respetasen por medio del miedo, necesito otra manera, otra solución.

De camino al colegio me planteé, que no era mala idea hacer amigos, de esta manera podría entender como se sienten los demás y de esta forma ganarme su confianza y respeto. Estuve un buen rato hasta llegar a la puerta del colegio buscando otra forma de hacerme respetar que no fuese mediante el miedo o haciendo amigos, pero, empatizar, sin duda era la mejor idea hasta el momento.

Entré e hice fila, pero, no era el de siempre o al menos eso intentaba aparentar, estaba sonriendo, una sonrisa la cual no era verdadera, pero tampoco del todo falsa, en parte me intrigaba eso de hacer amigos, ya que, era algo que desde la muerte de Ainara no sentía, mientras íbamos camino a la clase, se me olvidó pensar en como empezar, ya que, no bastaba con un simple "Hola", en clase, estaba distraído ya que no podía pensar en otra cosa que, en como entablar una conversación para ser amigo de alguien, en el recreo, estaba castigado por no hacer los deberes, como siempre.

Estaba observando como jugaban todos, y a su vez dándome cuenta de que se habían organizado los típicos grupos, estaban; Los que se pasan los recreos jugando al fútbol, las chicas que hablan y eso, los chicos "marginados", las chicas "marginadas" y por último estaba yo el cual no entraba en ningún sitio y era independiente.

De perdidos al río dije para mi mismo, así que me acerqué al grupo de los que jugaban al fútbol, les pregunté si podía jugar y no me esperaba que me aceptaran como jugador tan fácilmente, al fin y al cabo somos niños pensé. Empecé a jugar y como me esperaba, me pudieron de portero tampoco es que me apeteciese correr e ir detrás de un balón de un lado a otro del patio, pero no me gustaba estar de portero, pero me gustó aún menos cuando se acercaba Alberto con el balón y le dio un balonazo, atajé el balón lo cual fue bueno, pero lo atajé con la cara, y eso me gustaba menos. Les dije que iba a beber agua, pero realmente volví a mi sitio donde estaba castigado para que si miraban los profesores no sospechasen de que no cumplía mi castigo.

Al día siguiente en el recreo, otra vez castigado, aproveche para hablar con los chicos que estaban "marginados" sinceramente, ellos creo que eran los marginados injustamente solo porque eran inmigrantes o por su forma de vestir, físico e incluso porque iban a clases de refuerzo, no me parecía justo que los trataran como bichos raros ya que seguramente los que jugaban al fútbol y demás no eran mejores que este grupo de marginados por el simple hecho de que ellos no se metían con nadie y aceptaban a todos.

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2022 ⏰

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¿Un sueño o una verdad?-EN PROCESO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora