Uno.

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The District Sleeps Alone Tonight - Birdy.

El viento mueve con delicadeza mi cabello, ojos verdes, cristalinos y penetrantes a su vez fijados en mí. El columpio se balancea repetidas veces mientras observo el césped silenciosamente. Mamá viene hacia nosotros con una bandeja llena de dulces, junto con dos vasos de limonada bien fría. Fría como la mirada de papá, que se encuentra observando desde el gran ventanal de su despacho. Mamá nos deja la merienda encima de un tronco y acto seguido, se sienta. Tanto Jake como yo corremos para sentarnos en frente de ella ya que sabemos lo que toca, una historia. Nos cuenta una historia increíble, llena de acción y romance, la cual y luego la comentamos emocionados Jake y yo sacando conclusiones.
Mamá se va dentro de casa y nos deja a los dos jugando, como siempre. Esta vez, el columpio de cuerdas viejas y desgastadas que tanto he querido siempre, deja de ejercer su función y al romperse una de las cuerdas, caigo automáticamente al césped, con la mala suerte de caer encima de una piedra. Lloro y lloro sin cesar.
Jake corre hacia el interior de casa para avisar a mamá, y ésta, con mucho nerviosismo sale de casa en mi dirección.
Ya en sus brazos, nos dirigimos al baño, donde se encuentra el botiquín, mi gran salvador. Mamá me cura la herida de la rodilla y entonces pone una venda en ella. Al darle las gracias, fija sus ojos en los míos, aún lagrimosos por el dolor, y sonriendo, se agacha abriendo los brazos en mi dirección. Me dirijo hacia ella abriendo los brazos para abrazarla, pero...

Abro los ojos sobresaltada y miro el reloj. Quedan 20 minutos para que comiencen las clases.
Mierda mierda mierda MIERDA.
Balbuceo con los ojos todavía legañosos y salgo de mi habitación a toda prisa, dirigiéndome al baño.

—PAPÁ YA PODRÍAS DESPERTARME SI VES QUE QUEDAN VEINTE MINUTOS Y NO DOY SEÑALES DE VIDA.

Ha sido inútil gritar, así que bajé apresuradamente las escaleras hasta llegar al primer piso.

—Muchísimas gracias por despertarme, eres el mejor padre del mundo —pongo la sonrisa más falsa del mundo, esperando su respuesta con los brazos cruzados.

—Pero si es temprano todavía, ¿no? —mira el reloj con rapidez—. ¡Si todavía quedan cuatro horas!

—¿cuatro horas? ¡Pero si ya debería de estar en el instituto!

Se frota la sien y me mira con incomodidad.

—Creo que se me olvidó con tanto lío...

—¿El qué se te olvidó? —comienzo a ponerme nerviosa y espero ansiosa su respuesta.

—En cuatro horas nos vamos al aeropuerto para ir a Brighton, con la abuela —dice apresuradamente y con nerviosismo—. ¡De verdad que lo siento! Se me olvidó por completo comentártelo, estoy muy liado últimamente con el papeleo de la mudanza y el trabajo, supuse que te lo había dicho. Prepara tus cosas lo antes posible.

—¿Qué? —Mi voz sale en un susurro tembloroso e inestable y, de pronto, siento una fuerte presión en el pecho.

Me apresuro a subir las escaleras lo más rápido que puedo.
Es increíble que no le diga tal cosa a SU HIJA, cada día me sorprende más este hombre. No sé ni por qué me sorprende, siempre ha sido así. No voy a poder despedirme de mis amigos de toda la vida y eso es lo que más me jode. No puedo irme así, y dejar todo de un día para otro.
Después de escribir una carta a Carolina, Aroa y Dani los cuales siempre han sido mis mejores amigos desde que tengo uso de memoria, me apresuro a ponerme lo primero que veo en la silla de mi habitación y salgo de casa para meter cada carta en sus respectivos buzones.
El camino a casa después de meter la última carta en el buzón de Dani, que es el que vive más lejos de casa, se hace eterno. Me fijo detalladamente en las palmeras del paseo marítimo, veo a la gente hacer deporte, las olas del mar chocando entre sí, la brisa del mar golpeando mi cara suavemente... realmente, voy a echar de menos todo esto. La mayoría de mis mejores recuerdos los he pasado en esta ciudad, pero ya volveré.
Me duele irme de aquí sin mamá.
Antes de ir a casa me paso por el cementerio, para hablar con ella. Muchas tardes desde que murió las paso en el cementerio, contándole mi día a día y por un momento parece que está sentada a mi lado, escuchándome. Ella es la persona a la que más cariño he tenido, ha sido mi mejor amiga y una madre increíble. Era todo un amor, risueña, soñadora, preciosa... me dolió mucho su muerte. Sólo ha pasado un año desde que se marchó y parece que fue ayer mismo. Nunca voy a superar ese día, supongo que nadie supera la muerte de alguien tan cercano. Se aprende a vivir con ello.
Me despido de ella y voy camino a casa lo más rápido que puedo ya que tengo que preparar las maletas y sólo tengo dos horas para hacerlo.
Al volver a casa conecté por última vez los altavoces de mi habitación y comencé a meterlo todo a presión en las maletas.
El tiempo pasa volando.
Tan volando que sólo quedan veinte minutos para que tengamos que estar en el aeropuerto y yo no he terminado las maletas. Miro rápidamente la habitación por todos lados, debajo de la cama, entre las estanterías, en el suelo...
Ya está todo listo, así que desconecto los altavoces y los guardo en la maleta. Bajo las escaleras con las dos maletas y le doy un grito a papá.

—¿NOS VAMOS O NOS VAMOS?
—Nos vamos, mete las maletas en el maletero del taxi rápido, que voy a hablar con el conductor —Dice con exigencia.
Hago lo que me dice y entro en el coche lo más rápido que puedo. Miro por la ventana mientras suena una canción horrible y me aguanto las ganas de cortarme las venas. Observo el camino con nostalgia y rabia a la vez, me parece increíble tener que irme de un día para otro. A los quince minutos llegamos al aeropuerto y la rabia aumenta por segundos. Nos adentramos en el aeropuerto y esperamos una enorme cola para hacer las cosas típicas que se hacen en los aeropuertos, no tengo ni idea de qué, lo hace todo papá. Esperamos sentados en una silla delante de una pantalla que pone "GATWICK".
Mi teléfono suena y leo sorprendida la pantalla "Carolina". Las ganas de llorar aumentan y se me inundan los ojos de lágrimas.
—Papá tengo una llamada, en cinco minutos vuelvo.
Papá asiente con la cabeza y cojo el teléfono.
—¿Diga?
—¡CÓMO QUE TE VAS YA!
Me sobresalto por el grito, así tropezándome por el camino. Le cuento lo que ha pasado a Carolina.
Ambas lloramos por teléfono.
—¿Cuánto queda para tu vuelo? —pregunta sonándose los mocos.
—Creo que unos treinta minutos.
—No me da tiempo ni ir a despedirme de ti, llego a saber esto y no voy a clases —dice con la voz quebrada.

Y entonces escucho "Los pasajeros con el vuelo destino GATWICK deberán de embarcar por la puerta treinta y cuatro en sólo dos minutos".
—Carolina tengo que irme, de verdad que no sabes la rabia que me da pero si no llego en dos minutos pierdo el vuelo.
—Te quiero muchísimo, o vienes a visitarme o tendré que ir yo a visitarte.
—Lo sé, ya hablamos por Skype te quierooooo —cuelgo el teléfono y me doy el sprint de mi vida hasta llegar a la puerta de embarque.
Veo a mi padre al principio de la cola y voy pasando entre la gente hasta llegar a él.
Entramos por la puerta de embarque y nos adentramos en el avión. No me toca ventana y lo agradezco, porque nunca me he montado en avión y creo que me relajará no mirar por ella.
El avión despega y pongo los cascos en mis orejas, elijo The district sleeps alone tonight de Birdy, una de mis cantantes favoritas. Cierro los ojos y la dulce voz de birdy inunda mis oídos.
No sé qué me deparará el futuro pero, espero que las cosas mejoren.

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⏰ Última actualización: Dec 24, 2017 ⏰

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