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capitulo IX: Imitación De Asiático

DMITRIY

Observo mi reflejo en el espejo que está colocado en el techo de la habitación. Aun no puedo entender esa fascinación que tienen las mujeres en estar viéndose en el espejo a cada rato, porque lo primero que verán al tener uno arriba de la cama, es ver su reflejo despeinado y con cara de muerto viviente cada vez que se despierten

Aparto mi vista del espejo y volteo a ver a la chica con la cual acabe de tener sexo, Esta apoyada en las barandas que están afuera de la habitación sosteniendo un cigarrillo en sus dedos, que luego es llevado a sus labios

Anastasia toma una jalada del cigarrillo, para luego botar el humo por su nariz, esta voltea en mi dirección y no se sorprende cuando ve que la observo con desagrado; ese vicio me es algo absurdo, pues si sabes que fumar te puede causar enfermedades pulmonares y hasta la muerte, para que hacerlo. Eso es no querer vivir

Devuelvo mi mirada a Anastasia y he de admirar que es una mujer hermosa, es alta, su piel es clara y suave, tiene unos hermosos ojos cafés, en los cuales cundo observas por mucho tiempo, sientes la sensación de estar en otro mundo; Anastasia a diferencia de las demás mujeres con las que acostumbro a tener sexo o salir, es de cabello oscuro, es la única con la cual no cumplo mi regla

Esa regla me la coloque, porque esas mujeres de cabello oscuro son mi debilidad. Por ellas me volvería loco y hasta moriría o mataría, por eso es que las mantengo alejadas de mí. Pero con Anastasia es diferente; ella al igual que yo no tiene sentimientos, es fría, manipuladora y hasta podría decir que encajamos como una pareja perfecta.

A ella la conozco desde hace mucho tiempo, desde que no tenía nada, hasta ahora que lo tengo todo y me ha sido más útil de lo que pensé

Anastasia termina de fumar y entra de nuevo a la habitación, esta solo lleva puesta mi camisa y la hace lucir más sexy de lo que acostumbra a ser.

Me pongo de pies y me acerco a ella agarrándola por la cintura, esta alza su cabeza y fija sus ojos con los míos. En estos momentos las palabras sobran, nuestras mentes ya saben lo que quieren y nuestros cuerpos cumplirán la orden mandada.

Anastasia da un pequeño brinco y yo sostengo sus piernas a la vez que las enrollo en mi cintura, mi pene se va despertando a la vez que la pego más él. Mis labios no demoran en atacar los suyos y ella en responder

Nuestra relación va más allá de solo sexo, ella aparte de compartir su cuerpo conmigo, es mi socia y cómplice en todos los trabajos sucios que he hecho para poder llegar en donde estoy; pero lo que ella tiene en claro es que mientras este conmigo, no podrá estar con nadie más y lo más importante es que no se podrá enamorar de mí, el día que eso pase lo que tenemos se acaba y para siempre

Me siento en la orilla de la cama aun sosteniendo a anastasia sobre si y sin despegar nuestros labios. Bajo mis manos y las posiciono en sus nalgas, a la vez que ejerzo presión en esta parte, y oigo como la chica que tengo encima bota un gemido.

Anastasia despega sus labios de los míos y me empuja hasta caer de espalda a la cama, esta me da una mirada picara, y coje un condón que está en la mesita de al lado y me lo comienza a poner en mí ya parado pene. cuando ya mi pene esta con su forro esta comienza a desbotonar la camisa que lleva puesta, a la vez que yo me llevo mis brazos a la parte trasera de mi cabeza y miro cada movimiento que esta hace. Cuando llega al último botón no dejo que lo desabotone y la tiro encima de mí. No me gusta que me hagan esperar

Me deshago de la camisa y me coloco arriba de ella, ella tiene una sonrisa en sus delgados labios que me enciende más a la vez que abro sus piernas y me coloco en medio de estas; me alegro que no lleve interior puesto y sin pensarlo la penetro toda de una vez y duro, esta pega un grito que luego el sustituido por puros jadeos de pasión que llenan la habitación.

La levanto y la coloco de espalda, la agarro por la cintura y meto mi pene sin piedad en su vagina, esta se aferra a las sabanas y me pide más y yo como el buen hombre que soy, llevo una de mis manos a su corta cabellera y jalo de esta, a la vez que doy una muy fuerte embestida llenándola toda de mi semen.

Me acuesto de espalda y anastasia me imita; como siempre pasa su dedo índice por mi espalda trazando líneas invisibles. Mi teléfono comienza a sonar, provocándome un intenso dolor de cabeza, me llevo una almohada a mi cabeza y con una de mis manos le hago señas a anastasia para que conteste, esta me hace caso porque a los segundo ya no escucho el insoportable sonido sino la suave voz de anastasia

— ¿Qué quieres Christian?— y esa es mi anastasia

—Está durmiendo, acabamos de tener sexo y está agotado— Esta hace una pausa y podría jurar que está rodando los ojos, Christian tiene la costumbre de hacer enojar a anastasia, estos dos parecen perros y gatos — si Christian, yo le digo, ya deja de tocarme los ovarios

Una vez esta colgó me quito la almohada de la cabeza y la miro, está igualmente me mira y me tuerce los ojos, me rió de su inmadurez, la agarro de la mano y la jalo hacia mi colocando la en mi pecho

— ¿Qué quería Christian?— le pregunto mientras acaricio su cabello

—Adivina— esta me dice a la vez que quita mi mano de su cabello

—no sé, ¿me vas a decir o no? sabes que no tengo paciencia

—joder, que más va a querer esa imitación de asiático — no puedo dejar salir una pequeña risa al escuchar como esta le dice a Christian; es verdad que el nombrado tiene cierto aire con ellos pero él dice que no es así y por eso pasan peleando cada vez que se ven — quiere que vayas a la discoteca club aquarium esta noche, que no vayas a faltar

—Está bien, de todas maneras no tenía planeado faltar, hoy cantara una hermosa mujer que está en mi lista — le respondo a la vez que me pongo de pies y me dirijo al baño; antes de entrar me doy media vuelta y le pregunto si quiere entrar conmigo, pero esta me da una mala mirada y se levanta pasando por mi lado, entrando al baño y cerrando la puerta

—nunca cambiaras Nastia.