Yo, por escrito.

CORAZÓN DE CEMENTO

Volver
o no volver
todo depende si es que al volver tu alma se sentirá como cuando eras niño, o como de adulto, con un corazón de cemento.
Ciudad que no duerme,
lugar lleno de oportunidades
lugar sempiterno, pero que puede desaparecer.
Donde el verde no abunda y el gris sobra.
Donde el dinero nos clasifica.
Donde el amor no se encuentra con facilidad.
Donde una pasión inmarcesible puede morir.
Donde los nefelibatos caemos en picada al fracaso.
Ciudad grade y de corazón pequeño.
La caridad no es tu fuerte, ciudad.
La solidaridad no es tu fuerte, ciudad.
El amor al prójimo no es tu fuerte, ciudad.
Lugar de emociones turísticas, todo para el turista, nada para el vagabundo.
Tus habitantes decaen, ciudad.
Tus orígenes decaen, ciudad.
Calles, callejones, avenidas y veredas que no llevan a ningún destino concreto.
Me dueles, ciudad. No quiero volver a ti, ciudad.
Es tan... Taciturno,  tan... Superfluo.
Pero la resilencia me hace querer volver a ti, ciudad.
Me das oportunidades que mi pueblo no me da, ciudad.
Espero alguna vez puedas escuchar las lamentaciones de un ser que se marcha para no volver, ciudad.
Porque como una mujer enamorada se va, aún estando enamorada, como un hombre no se va porque se enamora. Así me siento para con vos, ciudad.
Tus luces no brillan más que mis ojos vidriosos.
Tus comidas rápidas no se compran a las de mi pueblo.
Tu extrabagancia no me atrae tanto como la simplicidad.
Me dueles, ciudad.
Corazón de cemento, corazón de ciudad.