*2*

8 3 0
                                    

Muchos pensamos que cada uno está conectado con otra persona a través de un hilo rojo, que algún día, alguien llegará y cambiará nuestras vidas para hacer de ellas un paraíso o un completo infierno, y es así.
Aveces, sentimos que estamos solos, que nadie nos rodea, pero en realidad, tenemos personas que siempre estarán presentes no personalmente.
Somos como pequeñas hormiguitas que trabajan todo el día para hacer de nuestras vidas algo mejor, dar lo que recibimos, y cooperar en nuestra sociedad, pero la mayoría de las veces,  lo que pasa no es lo que más nos gustaría que nos suceda, sino lo contrario, un dolor de un corazón roto, la partida de alguien especial, una mudanza o problema familiar, algo que causa un pequeño pero gran cambio en nosotros, que nos afecta en nuestro día a día y no lo queremos aceptar.
Todo el mundo sabe decir boludeces, pocos colaboran hablando coherentemente, pero es de esa forma que nos damos cuenta de las personas que sí pueden ser conscientes de lo que dicen o hacen, marcan o no marcan, critican o halagan, etc.
Pocas personas pueden entender palabras de gente experimentada en estas situaciones, pero eso nos ayuda a entender parte de la historia, un más que pequeño resumen, una lágrima perdida, gracias a una mala experiencia.
Una persona a lo largo de su vida va a vivir felicidad, tristeza, momentos especiales, depresiones, decepciones, entre otros.
Pocos saben lo que dicen, pocos saben dar consejos, pocos, han sabido vivir.

Biblioteca Personal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora