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Harry y _______ abordaron temprano debido a sus boletos de avión de clase ejecutiva, de modo que todos en la fiesta de boda tuvieran un comentario chistoso que hacer cuando pasaban por la cabina ejecutiva más tarde.

______ pretendió estar leyendo la revista de la aerolínea y Harry estaba dando un último chequeo a su teléfono.

Podían haber sido unos completos desconocidos, lo que no reforzó la confianza de _______ en su plan.

Aunque, tenía que mantener el trato, sin importar las consecuencias.

La azafata había servido champán de cortesía con jugo de naranja y tenía un sabor maravilloso. Las burbujas haciendo que _______ se sintiera ligera y relajada. Tomó dos copas en rápidas sucesiones que desecharon su miedo.

Podía hacerlo.

El avión ya estaba sobre el mar, el desayuno servido y comido, sus asientos reclinados juntos cuando Harry le dio una mirada caliente.

—Buen inicio para las vacaciones, ¿no?

—Excelente vuelo. Gracias, de nuevo.

Él sonrió y su corazón latió fuerte.

—Así que, entonces, es tiempo de la retribución.

—En serio te ves como un rebelde el día de hoy —bromeó _______, tomando refugio en su tono habitual de conversación—. No estoy segura de confiar en ti.

—No tienes ninguna otra opción. Me la debes, por tu propia admisión. — Golpeteó ligeramente un dedo en su brazo, haciendo saltar su pulso—. Lo prometiste.

_______ suspiró con paciencia.

—Sí, lo hice.

—Entonces, dime tu secreto —incitó, su voz descendiendo a medida que se inclinaba más cerca.

Su hombro chocó contra el suyo y su mirada era tan caliente que _______ pensó que no podía respirar.

Si él la besaba ahora mismo, ella se entregaría, o sería un miembro del club de las alturas.

—. Si pudieras hacer que una fantasía secreta se haga realidad esta semana, ¿cuál sería? Sin repercusiones, sin condiciones, sin situaciones embarazosas después. Sólo una fantasía, clara y precisa, dispuesta para ti en los próximos siete días.

_______ se mordió el labio y miró por la ventana. Cualquier cosa con tal de evitar su penetrante mirada. La cosa era que la respuesta era sencilla.

Ella sabía exactamente lo que quería y había algo en la expresión intensa de Harry, sin importar la manera en que la había besado, que le daba esperanza que podía suceder.

No podía decirle directamente que él era su fantasía. Pero Harry era un tipo inteligente. Debería ser capaz de entender las implicaciones de una buena y fuerte insinuación.

Sin embargo, se lo pondría difícil.

—No debería decirte esto —dijo, jugando con su copa vacía—. No puedes decirle a nadie.

—Debe ser realmente una buena fantasía —murmuró. Harry quitó la copa de entre sus inquietos dedos, su mano cerrándose momentáneamente sobre la suya.

______ no tuvo que fingir su rubor.

—Tú deberías decirme una fantasía en cambio.

Harry negó con su cabeza.

—Nop. Pagué por esto con millas. —Le sonrió—. Y suena a que valdrá la pena.

—Debería perder adrede e irme a sentar al final.

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