Sex!!! On Ice

2. Mirador

Yurio*

Me encuentro sentado en una banca del parque, aburrido, sin expresiones y con todo mi cabello en el rostro. Mirando las palomas que vuelan por ahí y de vez en cuando la pantalla de mi celular, solo para darme cuenta que el único cambio en ella es la hora marcada por el reloj. Me he quitado mi chaqueta a causa del fuerte calor, dejándola junto a mi; quedando en mi camiseta negra ajustada.

Unos breves momentos más tarde, percibo la aproximación de alguien hacia mi.

—¡hey, Yuri! —dice Otabek y se sienta junto a mi, levantando su tobillo sobre su rodilla, mirando hacia el frente.

—Otabek —respondo al saludo con voz grave.

Lo miro discretamente, lleva puesta su chaqueta de cuero negra, sus lentes oscuros colocados en el cuello de su camiseta gris y unos pantalones de mezclilla oscura; no dice nada mientras mira al estanque que se encuentra justo enfrente; hago lo mismo, tratando de entender que hay ahí de interesante. El agua ni siquiera está cristalina, de hecho se ve de un color verde oscuro, o quizá sea por lo que haya en el fondo, no lo sé.

—¿No te haz aburrido? —pregunta luego de varios minutos en un tono desinteresado.

—si, un poco... —me encojo de hombros y me siento de una forma similar a la de él.

—¿no quieres ir a otro lugar?

Volteo a ver su rostro, sus ojos negros me miran fijamente con una fuerte expresión de seriedad, la cual se remarca por sus cejas pobladas y labios finos. Otabek se levanta de la banca y me ofrece su mano. Pensando un poco la tomo y me levanto tirando de ella.

Tomo mi chaqueta y la ato alrededor de mi cintura, Otabek camina hacia la calle, desde donde espera una motocicleta negra. La recuerdo muy bien, observo que el manubrio están colgados un par de cascos.

—¿no te preocupa dejarlos ahí? —señalo los cascos.

—no —dice mientras se pone uno de los cascos y subiendo a la moto.

Me ofrece el otro casco, yo lo tomo sin problemas. Últimamente ha optado por llevarme a cualquier parte en su motocicleta, solo para matar el tiempo, y ya es costumbre para mi.

Me pongo el casco y subo detrás de él, me sujeto alrededor de su torso como me ha dicho en ocasiones anteriores y arranca rápidamente.

Siento como el viento me empuja hacia atrás, por lo que me sostengo con fuerza, Otabek se percata de ello y deja salir una risilla leve. Eso me extraña, normalmente no sonríe, mucho menos ríe...

Pasamos por varias calles, girando a la izquierda o derecha repetidas veces, hasta llegar a un camino que sube hacia una colina, pasamos entre los arboles hasta llegar a la cima, donde hay un enorme mirador.

Se detiene justo frente a la barandilla del mirador, el cual da vista hacia un lago enorme que abarca casi todo el horizonte. Se baja de la moto y se quita el casco, me mira y camina a la barandilla. Yo hago lo mismo.

Observo como el sol, cae sobre el horizonte tornando el cielo de tonos anaranjados, morados y rojos. El agua, calma y cristalina, se transforma en un enorme espejo color azul brillante.

—¿a qué venimos aquí? ¿A ver el lago? —pregunto desconcertado —estabamos haciendo lo mismo en el parque.

—pero dime si esto no es mejor.

—mmm... —sigo mirando la puesta de sol, aburriendome un poco.

Pasan varios minutos de silencio solo interrumpido por el viento golpeando las hojas de los enormes arboles del rededor.