Vacaciones muggles

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Lamento mucho haber tardado tantísimo en actualizar, he tenido varios problemas personales que me han impedido escribir, y además el tiempo que sí he podido, por estos problemas no he estado muy animado, pero a partir de ahora INTENTARÉ actualizar más.

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A los pocos días de recibir la carta, ya estaba en casa. Tuvimos que ir a recogerle a la estación, y estuvo todo el viaje llorando. Normal, el pobre. Resulta que, cuando llegó a su casa, estaba vacía. Sus padres habían dejado una nota diciendo que se habían mudado muy, muy lejos, y que no se molestase en buscarles. Esto le destrozó más aún, pobre. Por suerte, ningún miembro de mi familia puso objeción alguna a que se quedase durante aquellas vacaciones de verano, aunque no estábamos seguros de que iba a ocurrir en los próximos años.

-Oye, Rafa... ¿De verdad que no hay problema con que me quede aquí? No me gustaría molestar...

-No molestas, Dani. Tú, nunca.- Me quedé callado unos instantes, mientras ciertas imágenes me recorrían la memoria, haciéndome titubear brevemente.- Nunca.- Reafirmé.

Habían pasado ya unos días desde que Dani había llegado, y ya se había hecho a "vivir" allí. Al ser un chico tan tímido, sus primeros momentos en la casa se hicieron extremadamente raros, para todos. Apenas salía de la habitación que le habíamos asignado, justo en frente de la mía, aunque según pasó el tiempo le íbamos viendo más, incluso empezó a venir a comer. (Posiblemente, una de las razones por las que empezó a salir fue que tenía hambre.)

Una de las noches, sentí como alguien entraba sigilosamente en mi habitación. Tras oir la puerta, nadie habló y no sentí ningún movimiento, así que pensé que había sido imaginación mía. Tras unos largos 10 minutos, vi a Dani sentarse a los pies de mi cama.

-¿En serio te has quedado ahí en la puerta unos 10 minutos mirándome?

-Es que como estabas durmiendo no quería despertarte. Además, estabas tan mono dormidito... Digo...- Aunque estábamos casi en total oscuridad, pude notar que se ruborizó al decirlo.

-Bueno, pues ya estoy despierto, dime lo que querías.

-No puedo dormir. No dejo de pensar en... TU-SABES-QUÉ-NOCHE-CON-TU-SABES-QUÉ-BOGGART.

-¿Todavía piensas en eso, en serio? Mira, Dani, lo que pasó aquella noche es totalmente normal, y no es nada para sentirse tan mal. Además, yo...

-¿Qué? No, si no lo decía por eso. Me refería a lo de mis padres. Sobretodo ahora, que se no quieren volver a saber nada de mí... Ahora mismo no tengo a nadie...

-Salvo a mí, y a Lyra. Y a los de nuestra casa. No te olvides de eso, Dani... Tú no estás solo, y nunca lo estarás. Tus padres simplemente eran unas malas personas. Míralo por el lado bueno... Al haber pasado ellos de ti, no tendrás que aguantarlos toda la vida...

-Sí, supongo que sí...- Se quedó callado unos largos segundos, en los que miraba hacia la nada.- Oye, Rafa, tengo algo que decirte... Que no se exactamente cómo hacerlo. Pero tengo la sensación de que es algo que te tengo que decir...

-¿El qué?

-Un par de meses antes de que terminasen las clases, descubrí el libro que tenías escondido... El de Cedric... Se que eres el heredero, Rafa.- Mi sorpresa terminó definitivamente por despertarme.- Pero tranquilo, se que no debo decir nada a nadie, porque podrías correr peligro, y todo eso. Tranquilo, solo quería que supieses que lo se...

-Vale... Gracias, supongo.

-Bueno, pues supongo que... Me volveré ya a mi cama... Hasta mañana, Rafa.



Y, así comenzaron nuestras primeras vacaciones, justo tras nuestro primer curso en Hogwarts, en el que habían sucedido cosas increibles, y en el que había descubierto tres cosas sobre mí... La primera, quién era. La segunda, quién quería llegar a ser... Y, la tercera... Con quién quería serlo.


Cuando eres de Hufflepuff.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora