Prueba de Fútbol

6 0 0
                                    

Efectivamente, tanto como había prueba de talleres también había de Fútbol, el único problema era que tenía que llegar los sábados a entrenar al colegio, y como dije antes... era bastante el recorrido que debía pasar para llegar al colegio, pero esperaba por lo menos que valiera la pena. Me evitaba el gasto de los absurdos talleres que era bastante caro y pagaba una cuota única equivalente a una mensualidad de un taller y el uniforme de Fútbol. Nada mal, supongo que ya iba bien la cosa.

Era viernes, ya la novedad de los talleres había pasado pero se seguía comentando con regularidad.

Ya siendo el último día de la semana algunas me preguntaban qué haría porque debía participar en los talleres y fue hasta entonces cuando les comenté lo del deporte y no fue mayor el entusiasmo pero no me importó tanto.

Nos tocó clase con Teacher Erne, nos preguntó en general qué taller habíamos elegido y le conté por supuesto que había elegido fútbol y me dijo que eso estaba bueno, que ojalá me gustara y me aplicara a ello. Otro que hizo notar su entusiasmo hacia mi elección.

Una parte de mí no sabía hasta qué punto se estaba equivocando con todo esto. Pero otra parte de mí estaba segura de lo que quería y era obvio que debía ser yo misma.

El viernes había acabado y tuve una grata sorpresa a la salida. Mario me llamó y me dijo que me estaba esperando afuera y como era de esperarse lo abracé lo saludé de beso en la mejilla y él me abrazó en el aire, él era como 15 centímetros más alto que yo y levantarme no se le dificultaba.

Nos fuimos caminando por Seventh Avenue, platicando de nuestro día y demás cosas.

-¿Y eso que veniste?
-Pues venía a hacer un mandado no muy lejos de acá y como el colegio me autorizó venir aproveché a pasar por ti.
-Wow, el consentido del colegio.
-Si, si... No me lo restriegues.
-Jajajaja, yo no tengo la culpa que tu madre sea la directora del colegio y me sirva para hacerte Bullying por consentido.
-Chistosita... bueno, como sea, ¿Qué va a querer comer mi princesa?
-Ay Marito jajaja, pues no sé, quiero Mc.
-Mc será...!

Al entrar al restaurante la joven cagera nos vio raro, pero igualmente sonrió, ambos pedimos una hamburguesa grande y le di un beso a Mario por inercia y me di cuenta de lo mal que se veía eso. Mario me duplicaba la edad, yo tenía diecisiete y él treinta y cuatro. Creo que más evidente no podía ser.

Buscamos el segundo nivel y no había casi nadie, lo que fue mejor para mí y podía estar a gusto con él.

Comimos, reímos, nos besamos y en eso recibí una llamada de mi papá.

-Aló? -Tragué saliva.
-Dónde anda Daphne Alejandra!?
-Estoy en Seven Avenue, nos venimos con unas amigas a comer.
-Y vos te mandás sola?! -Me quedé callada y me volvió a gritar. -Respondeme pedazo de mierda, te venís ya para la casa.

Gritado lo último, me colgó y le dije a Mario que nos fuéramos. Mi padre estaba histérico y pues ya no había vuelta atrás, supuse que tendría que ser así por dos años más mientras pudiera trabajar.

Cuando íbamos para afuera Teacher Erne iba entrando al restaurante, yo iba de la mano de Mario, al verme me saludó cordialmente y saludó a Mario.

-Buenas tardes, Profesor Ernesto González para servirle.
-Mario Meza, un gusto.
-Gusto de verlo Teacher pero ya vamos de urgencia.
-Bueno, con cuidado...

Salimos de allí, yo con un nudo en el estómago por ambas situaciones y para que fuera poco Mario me acompañó cerca de casa a pesar que le advertí que sería problema mi padre lo veía así que me dejó a unas si y yo seguí mi camino hasta ver a mi papá trabajando bajo un carro.

-Ya vine...
-Vos parecés don Juan por su casa. Hacés lo que se te pega la gana patoja. -Me le quedé viendo en espera de mi paliza o mi castigo o lo que sea que fuera. -Andate de mi vista.

Me quedé algo atónita por lo que decidió pero me sentí un poco mejor ante aquello, le escribí a Mario para contarle lo ocurrido y reirnos un poco de nuestra suerte.

En la noche no había opción, tenía que bajar con mi papá para avisarle sobre el entreno del sábado.

-Padre, mañana tengo que irme a presentar al colegio.
-Mañana es sábado, para qué va a ir?
-Son las pruebas de Fútbol y si no participo en fútbol tengo que participar en los talleres que son 50 dólares mensuales más aparte de la colegiatura.
-Vaya como sea, pero ya sabe, saliendo de allá se viene para acá, nada de andar vagando.
-Bueno.

Me retiré a alistar mis cosas al cuarto y dejar todo listo para mañana, cayó la noche y llamé a Mario para hablar lo que restaba de noche.

A la mañana siguiente me levanté a las 6:30 de la mañana, me bañé, me cambié y estaba lista para ir a entrenar.

El camino del sábado era menos agobiante y lograba llegar un poco antes que entre semana.

Me paré en la entrada del colegio, el policía quien ya me reconocía me saludó, me abrió la puerta y proseguí a buscar la cancha de fútbol.

Al verla fue la decepción la que me invadió al ver semejante cancha de entreno. No era ni si quiera una cancha, era un pedazo de cancha.

El entrenador era pelón nivel Krilin y se acercó a mí, eran los hombres quienes estaban entrenando y me temí lo peor...

-Hola, soy Juan el entrenador del equipo, vienes a dar la prueba?
-Sí
-Bueno, tendrás que esperar un poco, ahorita están entrenando los chicos. ¿O te animas a intentar de una vez?
-Pues por mí está bien de una vez.
-Bueno, veamos qué tienes.

Intenté demostrarle que sí podía y no sé qué tan mala suerte puedo tener pero todo lo que intentaba no me salía, para más me salía una que otra improvisada. Los chicos eran hábiles y rápidos, yo era hábil pero muy lenta al lado de ellos.

Ya resignada de lo mal que lo hacía me detuve a ver mi celular y me percaté que ya había pasado hora y media desde que empecé y ya estaba cansada, decidí quedarme sentada y el entrenador Juan se acercó.

-¿Qué pasa? ¿Todo bien?
-Sí, sólo que ya me cansé...
-Es obvio, descansa esta media hora, ya van a ir viniendo las chicas y podremos retomar más a tu nivel.
-Lo sé, soy un desastre.
-No, para nada... tienes mucho potencial y le has aguantado bastante a los chicos, sólo es cuestión de entrenar más.
-Gracias, espero que así sea, sé que soy buena pero hoy no es mi mejor día tampoco.
-Bueno, hay días buenos días malos pero dependen de como los tome uno.

Sólo sonreí ante aquel comentario y me sentí un poco más tranquila.

Las demás comenzaron a llegar y no quería hablarle a nadie pero supuse que no tenía elección y saludé a la primera que llegó.

-Hola, de qué grado eres?
-Hola, de 5to bachillerato y tú?
-Ammm de 4to Secretariado...

Hubo un silencio incómodo por un buen tiempo hasta que llegaron unas más y volví a repetir el proceso sin obtener resultados positivos, me empecé a cohibir y ya no quise hablar.

Empezamos el entreno y la que más destacó fui yo, de las mujeres nadie estaba lo suficiente pulida, Andrea era la portera, muy buena porteriando y hábil con el balón, curiosamente había otra Andrea que era muy vanidosa y engreída, al parecer era la capitana y me presencia allí estaba demás.

Resignada de ese día me fui a casa, cansada, sudada y sin poder dar un paso más me fui directo a dormir.

#NoCreas Todo lo que DicenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora