III: Should call ;)

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*Se recomienda escuchar las canciones (: puede que te gusten y en mi humilde opinión complementan un poco la escenografía mental*


-¿Dónde demonios estamos Eleanor? -frunció el ceño Scar mientras miraba por la ventana

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-¿Dónde demonios estamos Eleanor? -frunció el ceño Scar mientras miraba por la ventana

-No tengo ni idea, usa Google Maps.

-¿Por qué no usas el mapa que trae integrado la camioneta?

-¡Que uses Google Maps maldita sea!

-Oye tranquilízate -dijo sacando por fin su celular del bolsillo de sus jeans- este chico te trae vuelta una bestia.

Solo bufé y me aferré más al volante, estoy que me lleva el diablo, si, tengo que admitirlo. Desde aquel día en la noche no dejo de anhelar el momento de volver a ver sus increíbles ojos oceánicos, aunque no dudo que sea todo un hijo de perra, de esos que siempre se salen con la suya.

-¡Lo tengo! Dos calles más a la izquierda.

11th st, 13th st... Bingo, 15th st.

-Ahora busca el número #8. - le indiqué a Scar mientras veía las fachadas de las casas.

-Caray, sea quien sea tu amigo debe tener una clase social similar a la nuestra.

-Lo sé, las casas son impresionantes -admití- nunca había venido por estos rumbos.

-Ni yo -se encogió de hombros y abrió su bolso para buscar su lipstick favorito.

Continuaba avanzando a 12km/hr mientras buscaba el número #8, Scar en cambio se veía en el espejo mientras ponía su lipstick sobre sus labios, lo cerró haciendo que sonara el característico click, para después señalar al frente.

-Es ahí, donde la cochera está abierta.

Me detuve lentamente frente a la casa y noté que dentro de la cochera estaba la BMW de aquel desconocido caliente. Cerré los vidrios de la camioneta presionando un botón situado en mi puerta y retiré el cinturón de mi regazo, mientras veía de reojo que Scar me imitaba.

Bajé del auto y esperé a que Scar me alcanzara para encaminarnos un poco hacía la puerta abierta de la cochera. Apenas vi unos pies colgando del techo yendo de arriba hacía abajo cuando de repente un perro gigante color gris empezó a ladrarnos y a dirigirse hacía nosotros con pasos gigantes.

-¡Maldita sea! -exclamé mientras retrocedía

-¡Phoenix! ¡Quieto! -una voz masculina se hizo oír.

El tremendamente gigante perro nos escaneó unos segundos para después retroceder un poco.

En ese momento un chico con unos shorts deportivos de Nike y zapatillas de la misma marca, sin camisa y con unos bíceps perfectamente marcados apareció junto a la puerta.

-Hola -sonreí aún nerviosa por el susto del perro- soy...

-La chica de la Audi -sonrió secándose el sudor con una pequeña toalla- como olvidarte. Por fin vienes, creí que no querrías la reparación jamás. 

En ese momento el monstruoso perro soltó un gruñido y el chico lo miró curiosamente, como esperando a que nos asesinara.

-¿Qué clase de perro salvaje tienes? -él miró a Scar con cierto nivel de diversión en sus ojos.

-Es un gran danés ¿nunca viste uno en tu vida? -le acarició la cabeza mientras sonreía

Ella negó y él sonrió de nuevo. El perro movió sus grandes orejas puntiagudas hacía nuestra dirección y el dejó de tocarlo.

-Phoenix adentro, ya. -el perro obedeció rapidamente y así como llegó se fue

-No mencionaste que tenías un perro -dije

-No lo hice porque no es mío, es de mi hermano, lo trajo esta tarde para que lo cuidara. Acepté porque creí que ya no vendrías. -sonrió mientras se adentraba un poco a la cochera.

Tomó una camiseta que colgaba de un gancho y se la puso tapando así sus increíbles abdominales, pero dejando a la vista todavía sus bíceps y parte de su increíble espalda.

-Déjame echarle un vistazo una vez más -dijo mientras se dirigía a mi Audi.

Lo seguí mientras Scar se quedaba parada en el mismo sitio. Se puso en cuclillas en la parte trasera de mi camioneta y tocó suavemente la abolladura.

-¿Pasa algo? -fruncí el ceño

-No, afortunadamente la pintura no se daño, en sí el único problema es la abolladura -se giró para verme y sonrió- cosa de la cual puedo encargarme.

Recupero su posición normal y empezó a caminar hacía la casa.

-Pueden pasar chicas, no hay nadie.

-Si hay alguien, ese perro del demonio y no pienso compartir habitación con eso. -sentenció Scar

Él se detuvo y se giró a verme, por lo cual yo solo me encogí de hombros, él sonrió de lado y se giró de nuevo.

-Bien, esperen aquí entonces. -dijo para después perderse dentro de la casa.

Scarlett y yo nos miramos mutuamente y ella me sonrió pícara.

-Que escondido tenías a este chico eh.

-No lo tenía escondido, solo me está ayudando -sonreí

Ella se rió sárcasticamente.

-Se nota que te mueres de ganas de comértelo -alzó ambas cejas

-¿De que hablas? -sonreí- ni al caso.

-Ajá -dijo cruzándose de brazos y recargándose en mi auto.

Después de eso nadie volvió a hablar hasta diez minutos después, cuando el desconocido caliente venía de regreso con un recipiente de metal brillante en las manos, sea lo que sea que llevaba dentro iba humeando, llegó hasta detrás de mi auto y puso el recipiente en el suelo.

-¿Agua? -fruncí el ceño

-No cuestiones nada todavía ¿si? solo mira la magia.

Dijo para después recuperar el recipiente y vaciar el agua hirviendo sobre la abolladura, después espero unos segundos y metió su largo y musculoso brazo por debajo de la camioneta y empujó la abolladura hacía afuera, haciendo que ésta desapareciera ante mis ojos.

-¿Qué demonios? -dijo Scar con la mandíbula rozando el suelo 

Mis ojos se abrieron al máximo. 

-¿Cómo hiciste eso? -lo miré estupefacta

-El agua caliente suavizó el metal, y en ese estado es fácil acomodarlo nuevamente. -sonrió- Un truco que me enseñó mi padre. 

-Bueno -sonreí- pues muchas gracias, fue impresionante.

-Claro, fue todo un placer -extendió su brazo ofreciéndome estrechar las manos.

Lo miré a los ojos por unos instantes y acepté su saludo/despedida. Agitó mi mano unos instantes y después con la otra mano abrió mi palma y dejó un papel en ella, para después cerrarla otra vez.

Me guiñó un ojo y volvió a la cochera.

Una vez emprendido el viaje de regreso y haber dejado a Scar en su casa, subía mi habitación como alma que lleva el diablo y saqué el papelillo que me dio el tipo. Lo desarrugué hasta que su contenido se hizo legible y sonreí.

Deberías llamar ;)

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