Gabriel García Márquez

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88. Una cosa es una historia larga, y otra, una historia alargada.


89. Un escritor puede escribir lo que le de la gana siempre que sea capaz de hacerlo creer.


90. No creo en el mito romántico de que el escritor debe pasar hambre, debe estar jodido, para producir.


91. Se escribe mejor habiendo comido bien y con una máquina eléctrica.


92. El final de un reportaje hay que escribirlo cuando vas por la mitad.


93. Hay que empezar con la voluntad de que aquello que escribimos va a ser lo mejor que se ha escrito nunca, porque luego siempre queda algo de esa voluntad.


94. Cuando uno se aburre escribiendo el lector se aburre leyendo.


95. No debemos obligar al lector a leer una frase de nuevo.


96. El autor recuerda más cómo termina un artículo que cómo empieza.


97. Es más fácil atrapar un conejo que un lector.


98. El deber revolucionario de un escritor es escribir bien.


99. Durante mucho tiempo me aterró la página en blanco. La veía y vomitaba. Pero un día leí lo mejor que se escribió sobre ese síndrome. Su autor fue Hemingway. Dice que hay que empezar, y escribir, y escribir, hasta que de pronto uno siente que las cosas salen solas, como si alguien te las dictara al oído, o como si el que las escribe fuera otro. Tiene razón: es un momento sublime.


Gabriel José García Márquez nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca,Colombia. El escritor creció a la sombra de sus abuelos, quienes influyeron en su futuro literario con sus historias, fábulas y leyendas, creando un mundo que lo formó y en el que acaso siempre vivió.

Según sus biógrafos, sus primeros estudios los hizo en el Colegio Montessori de Aracataca; también fue interno del Colegio San José en Barranquilla y del Liceo Nacional de Zipaquirá, época en la que comenzó a escribir sonetos y poemas.

Luego estudió Derecho, pero la publicación de algunos de sus cuentos en diarios colombianos lo llevaron a decidirse por el periodismo, primero, y por la literatura, después, actividades que le valieron grandes reconocimientos y una presencia universal en las letras de habla hispana.

Hacia 1955, García Márquez fue corresponsal del diario El espectador; luego estaría en Ginebra, París, Roma, Checoslovaquia, Polonia, Rusia y Ucrania, al tiempo que escribía El coronel no tiene quien le escriba.

De acuerdo con una biografía publicada por la BBC, García Márquez radicó un tiempo en Caracas, Venezuela; se casó con su novia Mercedes Barcha y en Bogotácontribuyó en la formación de la agencia cubana Prensa Latina.

También vivió en Nueva York, Estados Unidos, y, finalmente, en México, país que lo acogió como suyo, al que Gabo adoptó como su segunda patria y donde, se dice, escribió Cien años de soledad (1967), considerada su obra maestra, pasaporte al Nobel y a la universalidad ya que se convirtió una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX, la más leída y admirada de su colección.

García Márquez también expresó su gusto por el cine, como guionista o adaptador del texto literario de varias películas, entre las más recordadas figuran El gallo de oro (1963-64), basado en el cuento homónimo de Juan Rulfo (1918-1986).

Este trabajo lo realizó al lado de Carlos Fuentes (1928-2012) y gracias al cual entabló una estrecha amistad con el autor de La región más transparente.

Para la década de 1970, García Márquez publicó diversas obras también celebradas, como el libro de cuentos La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972) y la novela El otoño del patriarca (1975), que aborda el tema de la dictadura.

Posteriormente, se dieron a conocer Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985), la crónica política La aventura de Miguel Littin clandestino en Chile (1986) y El general en su laberinto (1989).

La calidad de sus libros y su memorable trayectoria le valieron reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura en Colombia, en 1965; el Internacional de Novela Rómulo Gallegos (1972) y, desde luego, el Nobel de Literatura 1982.

En 1994 creó la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que hoy preside Jaime Abello, en la cual llegó a ofrecer talleres de periodismo como en su momento lo hizo con los de cine en La Habana.

García Márquez pasó los últimos años aquejado por cáncer de pulmón y una leucemia, y acabó sus días el 17 de abril de 2014, en la capital mexicana, donde se le han rendido infinidad de homenajes y tributos literarios.

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