Ya no es necesario intentar gritar a la ausencia, ni a las promesas vacías, ni a las memorias que se estrellaron sobre el piso cuando te dijo que ya no te amaba y dio la media vuelta para alejarse sin mirar atrás.
Ya no necesitas de terapia, ni de la escritura; no necesitas poesía para escupirle al destino, ni para identificarte, o para encontrar consuelo; ya no necesitas de espacio, ni de tiempo ni de compañía; no necesitas de otros ojos que te desnuden aunque su saliva te sepa a podredumbre. No necesitas más de la soledad que te trae pasar la noche con alguien…
Porque voy naciendo para ti