Capítulo 5

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Llegó a casa y justo cuándo voy a entrar me doy cuenta de qué  el auto de Alex está estacionado en el parqueo Lo que me parece extraño, hoy no habíamos hablado. Entró al departamento y me encuentro a Liah riendo a carcajadas por lo que al parecer fue algo que Alexander había dicho, estaban sentados en el sofá de espalda a la puerta por lo que no habían notado mi presencia, carraspeo para llamar su atención y estos me miran. Liah da un salto del sofá y va abrazarme, Alex me regala una enorme sonrisa y yo no pude evitar imitar su gestó.

—Roo, ¿Qué tal ? Como te fue.

—Bien Lii, gracias.

—Qué bueno, llegué hace poco y encontré a éste señor guapote esperando afuera.

Alex se acerca a mi y me da un beso en la mejilla, que inmediatamente me pone los pelos de punta, y veo como Liah sonríe mientras  se dirige a su habitación.

—Lo siento, te marqué pero me salía el buzón, Por eso decidí venir.

Dice y es entonces que me doy cuenta de que hacía horas que mi celular estaba apagado.

—Oh no te preocupes, lo siento la pila de mi teléfono murió.

Alex sonríe y es entonces donde me doy cuenta que viene arreglado, trae unos Jeans desgastados color azul y un suéter gris, con una chaqueta negra encima. Su pelo despeinado y perfecto como siempre, y tiene olor a un delicioso perfume de esos que te dejan con una sensación de placer en tu sentido del olfato. Es de saber qué a nosotras las mujeres nos encantan, cuando un hombre huele bien, es como la cereza del pastel "Fascinante" es la palabra.

—venía a ver si querías ir a cenar, con éste, tu humilde servidor.

Dice esto mientras me daba una rosa roja, que no se de donde sacó. Tiene una mirada pícara y las cejas levantadas, yo me río en una fuerte carcajada y tomó la rosa. Es un gestó muy hermoso, le sonrió y éste se acerca a mi de manera amenazante.

—Y que me dices?

Me pregunta respirando muy cerca de mi rostro, creó qué olvide como se respira.

—Con está propuesta no veo como negarme, si sigues así le quitaras el puesto a Matt como el fiel Romeo.

Alex sonríe, justo cuando va a besarme entra Liah con su bolso en mano. Estoy empezando a odiar a mi mejor amiga la inoportuna, nos mira apena al darse cuenta de su interrupción.

—Roo ire a casa de Matt, nos vemos más tarde Nena.

Me da un beso en la mejilla y después de despedirse de Alex, se dirige a la puerta pero antes de salir dice:

—Por favor no tengan sexo, en la cocina.

Se va mientras explota en una carcajada por lo que había dicho, mientras que yo juró me muero de la vergüenza, a Alex no parece incomodarle el comentario de mi amiga, ya que esté solo sonrie y levanta las cejas de forma provocativa. Esté hombre, Dios.

—Yo no tendría problemas con eso, la verdad es que es una idea tentadora tenerte postrada sobre esa mesa.

Yo me quedó un poco plasmada al escuchar sus palabras, pero no debo mentir esa idea produjo un escalofrío en mi. Alex se acerca a mi y me sujeta por la cintura, pega sus labios a los mío y yo juro que me vuelvo un flan entre sus brazos, le rodeó el cuello con mis brazos y le sigo el besó. Cuando su lengua toca la mía no pude evitarlo y un gemido sale de mi boca, Alex aumenta el ritmo y pone sus manos sobre mi rostro, hunde sus dedos en mi cabellera y yo siento qué podría pasar horas saboreando sus labios y  nunca me cansaria, el ritmo aumenta y yo puedo jurar qué hace mucha calor aquí,  Alex se separa de mi y me da un corto beso.

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