Ira

Acciones

De Anthony E. Stark siempre se habían dicho muchas cosas, su vida ha sido pública desde prácticamente antes de que naciera. Su fama ya era reconocida muchísimo antes de ser un Avenger, primero como el hijo genio de Howard Stark, después como El Mercader de la Muerte y finalmente IronMan. Sin embargo, él creía firmemente que cada uno de esos sobrenombres fueron consecuencia uno del otro, si Howard no hubiese fundado Industrias Stark basada en armamento, Anthony jamás se hubiese convertido en el Mercader de la Muerte, nunca estuvo demasiado interesado en las armas, solo hizo lo que creyó que el mundo esperaba de él. Después, siendo el Mercader de la Muerte, secuestrado por el mismo título que llevaba, torturado en una cueva y finalmente salvado, no solo físicamente, sino su alma también, se convirtió en IronMan gracias a unas simples palabras: "Un hombre que tiene todo y no tiene nada", "No desperdicies tu vida".

Así es como su vida tomó un nuevo rumbo, buscando ser parte de algo se unió a los Avengers, creyendo que finalmente había encontrado un lugar al que llamar familia. Su relación con el Capitán Rogers surgió entre la adoración de un ídolo, el enamoramiento juvenil y la calidez y confianza de un alma como la suya. Creyó que por fin había encontrado su lugar.

Tarde fue cuando se dio cuenta que no todo lo que se ve es real. Cegado como estaba en creer que pertenecía a un algo, pasó por alto muchas de las insolencias que contra él se decían, que mermaban su confianza y lastimaban su alma, causando que levantara más esa rígida armadura que siempre llevaba dentro. Llegó hasta creer que quizá sí fuera como ellos, "su familia", lo describían. He intentaba una y otra y otra vez corregir sus errores, enmendar sus acciones, pero al parecer su camino siempre era el erróneo.

Después de lo de Ultron, la poca confianza que el equipo tenía en él se rompió, los comentarios sarcásticos y/o ofensivos dichos a modo de broma hacia su persona aumentaron. No soportaba estar en el mismo complejo que todo ellos, las pesadillas también aumentaron. Y, el hecho de que Steve no estuviera ahí para calmarlas lo orilló a irse. A Rogers no le importó demasiado. Iba la Torre Stark seguido para su visita "conyugal". Algunas ocasiones se ausentaba más de la cuenta, en una misión secreta de la que Tony nunca sospecho.

Ahora todo es no importa.

Anthony miraba a través de los grandes ventanales de su penthouse el atardecer en la ciudad de Nueva York. Habían regresado de Wakanda, Scott Lang enfrentaría a la justicia mañana al medio día. Sabía que ninguno de sus "compañeros" vendría por él. No era lo suficientemente valioso para ellos, solo un soldado desechable.

Sonrió de medio lado al pensar en sus antiguos compañeros y su ahora destrozada moral y repudio público. Seguramente pensaban en venganza, imaginaba a la chica Maximov irradiando destellos de ira roja y los otros tratando de calmarla, sosteniendo el cuerpo inerte de Barton. Sencillamente la visión le causaba alegría. Ya no eran más familia, de hecho nunca fueron su familia, solo era su proveedor, mascota y saco de box al que podían golpear para desquitar su ira. Ya no más, ahora son enemigos jurados. Esta vez conocerían su verdadero lado oscuro.

***

-Boss, tengo confirmación visual de los renegados en Amsterdam -anunció FRIDAY.

Anthony sonrió. Demasiado rápido. No habían representado un gran reto, Romanoff era mejor, a pesar de que se había dado a conocer su ubicación, había logrado escapar... por muy poco.

-Ok nena, ¿qué más sabes?

-Están ubicados en una de las grandes bodegas a las afueras de la ciudad. Al parecer intentan contactar a alguien. Aún no sé quién, seguro lloran la pérdida de su compañero -dijo la IA en un tono irónico.