Cinco meses antes.
Salgo corriendo, alguien me espera abajo. Bajo las escaleras, peinándome el cabello con mis dedos, ¡soy un desastre! Antes de abrir la puerta, subo mis pantalones ajustados y bajo mi blusa de tirantes. Evito que se vea mi corpiño.– ¡__________! ¿Estás lista? –Escucho, minutos antes de darle vuelta a perilla de la puerta. Rio discretamente, y la abro lentamente. – ¡Al fin, nena! No sabes cuánto tiempo estuve aquí afuera. –Cierro la puerta detrás de mí, y palpo discretamente mi celular en la bolsa trasera de mi pantalón para saber si no lo olvido. Está ahí.
– Me extrañaste, ¿eh? –Sonrío y le doy un abrazo cálido. Me encierra en sus brazos, ¡Cuánto extrañé esos abrazos! Al despegarse de mí, me sonríe. Yo le doy un beso en la mejilla y caminamos hasta la heladería.
– ¿Has sabido algo de Alice?
– No, ¿qué con ella? ¿Ha pasado algo?, ¿algo que deba saber? –Pregunto con curiosidad, pues es mi mejor amiga. No he sabido de ella desde hace dos años, en cambio, Zayn es mi mejor amigo desde cuando teníamos tres años.
– Creo que su padre ha muerto. –Abro mis ojos a tope. Paro en seco y le pido explicaciones a mi amigo con mis ojos. – Su padre tuvo un accidente automovilístico, sufrió un golpe grave en su cabeza, y hasta ahí llegó. –Sonríe, pero yo no le devuelvo el gesto. ¿El señor Hamilton muerto?
– ¿Y tú como sabes, tonto? – Él sigue nuestro camino, y yo camino rápido detrás de él, él y su costumbre de siempre dejarme atrás.
– Los chismes vuelan, y lo sabes _____. Ahora, cambiemos de tema, ¿qué tal las cosas con Liam? Yo he conocido a una chica, su nombre es Lucy. –Pregunta. No me deja ni responder cuando ya ha dicho a quién conoció.
– Déjame contarte, idiota. –Sonrío y le doy un coscorrón. – Bueno, Liam es alguien amable y dulce. Hemos salido un par de veces, y me ha dado un par de besos. –Suelto un risa. Nada de eso es cierto, no he salido con Liam y no lo he besado, pero amo hacer enoja a Zayn. ¿Hay alguna otra cosa mejor que eso?
– Para un momento. Retrocede. Stop. ¿Qué has dicho? –Hace un gesto raro con sus manos, pero no deja de caminar. Cruza la calle y yo lo sigo.
– ¿Qué me dejes contarte? –Pregunto “inocentemente”. Él niega con su cabeza.
– No, después de eso. –Me responde frustrado. ¡Amo verlo así! Su mandíbula se pone tensa, sus pupilas se hacen chiquitas, sus ojos se ponen grises y cierra sus puños con mucha fuerza.
– ¿Liam es dulce y amable? –Pregunto “inocentemente” una vez más.
– ¡No, __________, después de eso! –Lo veo alterado. Suelto una carcajada. Él para y se voltea para verme. – ¿Qué te causa risa? ¿Tengo algo en la cara? –Pregunta más relajado. Niego con mi cabeza.
– No, es sólo que lo que te he dicho es una broma. –Me mira fijamente y yo no puedo evitar soltar una carcajada más. Él se muerde su labio, y dibuja una sonrisa maléfica en su rostro. ¿Qué planes pasaran por su cabeza? Se acerca a mí peligrosamente, me quedo quieta. Y cuando veo, me tiene cargada ¡joder! – ¡Bájame ahora! –Tiro patadas y le pego a puño cerrado en su espalda, pero parece que no le afecta. Odio que sea tan fuerte.
– No te bajaré. Te lo has ganado, enana. –Bufo. ¡Odio eso! Cuando me doy cuenta, estamos en la entrada de su casa. ¡Olvidé que él vive cerca de la heladería! Cruzo mis brazos.
– ¡Te odio, idiota! ¿Qué hacemos aquí? –No es que su familia no me agrade, de hecho, amo a su mamá, es como la madre que nunca tuve, ¿y qué digo de la dulzura de sus hermanitas menores? Son una ternurita. Su padre vive trabajando, así que no tengo mucho qué decir de él. ¡Pero en realidad quiero helado!
– Mi madre quiere verte. –Me muerdo el labio, soy una egoísta. Ella sólo se preocupa por mí, es todo. – No sé por qué querría ver a un fenómeno, pero sus deseos prácticamente son órdenes. –Separo mis brazos y lo doy un buen golpe en su cabezota.
– ¿Eres tonto o te haces? Es obvio que me quiere ver porque me ama, y porque tú eres muy feo para ser su hijo. Tengo una gran impresión de que eres adoptado, “Zayni”. –Sonrío satisfactoriamente imitando a su ex novia Ellie.
– No te burles, ella me quería. Tu no. –Voltea su rostro fingiendo indignación y abre la puerta de su casa sin previo aviso. Yo me le adelanto a Zayn y paso. Antes de entrar a la cocina, que es donde se encuentra Trisha, murmuro algo para Zayn.
– Tienes razón, no te quiero nada. –Él me mira a mis ojos. Yo sonrío hipócritamente. Él me abraza con empalagosidad. ¡No me gustan esos abrazos, y él lo sabe!
– Me amas, enana. –Cierra sus ojos y me abraza fuertemente, ¡me va a romper mis costillas!
– Aléjate. –Digo sin respiración.
– Te amo, nena.
– Zayn...
– Te amo, bebé.
– Joder, Zayn… N-no… no respiro… –Él afloja sus brazos pero aun así, no se separa de mí.
– No te soltaré hasta que me digas que también me quieres.
– ¡También te quiero! Pero…
– ¡Zayn! ¿Eres tú, cariño? –Trisha sale de la cocina con un paño en sus manos y lo suelta cuando me ve. Zayn se aleja de mí, adivinando el propósito de su madre. Corre alegremente hacia mí, y me abraza. – ¡__________! Que sorpresa, ¿qué haces aquí?
Espero y les guste nenas!! comenten porfas eso es demasiado importante para mi:) las quiero, subire seguido.