El diario de una Karateca

(s.f.) Me gusta alguien mayor que yo

El día de hoy en las clases normales pude observar un chico alto, de piel blanca y muy emo. El cinta negra más lindo que he visto hasta hoy, es nuestro sempai, su nombre es Miguel, tiene como tarea ayudar a los principiantes en sus básicos.

Apenas estábamos a la mitad de la clase y me saco una gran sonrisa con un boberia que dijo, me pone feliz la idea de que tengo a alguien o al menos que haré una amistad en el Dojo. Nunca fui una persona muy sociable como siempre he dicho.

- Puedo ver que tienes problemas con tu básico

- Nada que no pueda resolver

- Ahora espera a que llegue el Kumite y entenderás que necesitas ayuda

- No creo

Al casi finalizar la clase como Miguel dijo, tendríamos Kumite en el cual yo no sabía nada y tenía miedo.
Después de la paliza que me dió el y otros más porque cambiamos de pareja vino conmigo y comenzamos a platicar.

- Te dije que te ganaría (dijo entre risas)

- Eres cinta negra y yo ni a blanca llegó ¿Que esperabas?

- Algún día me ganarás, pero mientras tanto te haré burla

- ¿A sí? Pues ahora te enseñaré (me tire sobre el para derribarlo en el piso)

Se opuso muy rudamente y yo seguí empujandolo, lo jale varias veces del Karategui y me hacía muchas conquillas que por cierto odio, hasta que logré tirarlo al piso y ponerme encima de el para inmovilizarlo,

- Esta bien, tu ganas (me dice cansado)

- Te dije que te ganaría (Dije que risas)

- No te creas, te deje ganar es que me da miedo que te pase algo

- Nada que, yo sin ser cinta blanca derribe a un cinta negra (Dije victoriosa)

Después de toda aquella lucha mi padre vino por mí y mientras el hablaba con el maestro a Miguel muchas veces se le olvidó mi nombre, tal vez lo hacía aproposito, me despedí con un beso en la mejilla de el y me sentí tan rara.

Más tarde en la noche estaba como tonta mirando el techo de mi habitación recordando ese día lleno de risas ¿Me gustara? Tiene 17 años, es absurdo que me guste, tengo que controlar mis malditos sentimientos