Aproximadamente han pasado 4 años desde que todo cambio... pero ya lo he superado, creo.
Con mi mamá nos tuvimos que cambiar de casa, e irnos a un lugar que estaba lejos de donde nosotras vivíamos. Por ende, esto significó cambio de casa, cambio de...
Ha pasado una semana desde que Marina rompió el pasaje que tenía para ir a ver a la castaña.
Una semana desde que no he hablado con ella de nuevo.
Una semana desde que trato de evitar a mi castaña.
Es idiota, lo sé, no debería estar ignorándola a ella, pero se me hace inevitable. Tenía tantas ganas de ir a sorprenderla pero luego de lo que hizo Marina, no lo sé, simplemente no puedo.
Debería decirle quizás a ella de la sorpresa que le tenía, y así explicarle el porque me comportaba así con ella.
Sí, eso haré.
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-Alex, hijo, ¿puedes bajar un minuto a la cocina? -dijo mi madre asomándose por la puerta de la pieza- necesitamos hablar con tu papá
-Si claro, bajo en seguida -sonreí hacia ella-
Mientras mamá bajaba, yo dejaba el teléfono encima de la cama para ir detrás de mi santísima madre.
Cuando llegue a la cocina, vi a los dos sentados en la mesa con las manos entrelazadas y con caras serias. De repente sentí que debía correr a un taxi e irme del país.
-Em, ¿qué pasó? -dije lentamente mientras me acercaba rascando mi cabeza-,
-Hijo -mencionó mi papá- ¿podrías explicarme por que había un boleto de avión roto en el basurero del baño?
Sip, debería irme del país ahora mismo.
-Alex, no te asustes -mi mamá se paró de la silla- solo queremos saber por que está roto y también a donde querías ir con ese boleto, aunque creo que tenemos una idea -sonrió dulcemente-.
-Oh, bueno .. -dije sentándome- les diré la verdad...
Y bueno, les conté todo...
Ah, cierto que ustedes no lo saben todo.
En resumidas cuentas, le conté a mis padres que el dinero que había ganado trabajando paseando perros y ayudando en la mecánica de mi primo lo había gastado para ir a ver a Kate, y que Marina lo rompió por celos, y que luego de eso no he podido hablar bien con la castaña y que con la rompedora de boletos ya no hablo.
Tantas pulgas, picaduras y aceite en el pelo por nada.
Con mis padres siempre he tenido una excelente relación, por lo que contarles esto no me causa conflictos (pero si vergüenza, es inevitable).
-Entonces A, -dijo mi padre- ¿que tienes en mente ahora?
-No lo sé, ahora estaba hablando con Kat y le iba a decir todo lo que paso -suspiré-.
-¿Le alcanzaste a decir todo o aún no le dices que ibas a viajar? -dice mi madre con cara rara-.
-Emmm... nooooooooooou? -dije dudosamente- ¿que tienen en mente, ancianos?
-Bueno -mi madre mira a mi padre- esto era un regalo que te teníamos, pero te nos adelantaste al comprar ese boleto, pero al parecer todo estaba a nuestro favor y no tuvimos que devolverlo -sonrió mi mamá-.
-¿Que quieren decir? -dije-.
No creo que hayan hecho lo que estoy pensando, y se que ustedes están pensando lo mismo.
-Tu madre quiere decir hijo -dice mi padre sonriendo- que irás a ver a Kate de todas formas, nuestro regalo era un pasaje para que fueras a verla
-¿Están jugando conmigo, cierto? -dije echando mi cuerpo hacia atrás- porque si es así, juro que me vengaré y los mandaré a un asilo de ancianos
- Jajajaja no hijo, no es broma, es cierto -me abrazó mi madre- hablé con tu tía que vive en la nueva ciudad donde vive Kate ahora, y dijo que te recibiría con los brazos abiertos
-No manches, ¡ESTO ES ESTUPENDO! -Comencé a saltar por toda la casa- ¡SON LOS MEJORES PADRES DEL MUNDO!
-Claro, ahora lo somos -dijo mi papá- cuando te mandamos a comprar pan no dices lo mismo
-Es que ahí son cosas diferentes señor -dije abrazandolo- y bueno, ¿cuando es el viaje?
-Pues hijo -mi mamá se acercó a la escalera- mejor acompañame a buscar tu maleta, porque te vas mañana mismo a ver a Kat -sonrió-.
