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El rostro de Jung Ho Seok estaba oculto tras un libro mientras observaba a lo lejos a un chico de su clase pedir algún tipo de material en la biblioteca. Sus mejillas estaban rojas de la vergüenza por estar observando a ese chico, más que nada porque nunca se había atrevido a hablarle y siempre lo miraba desde lejos. Sus cabellos anaranjados le ayudaban a cubrir un poco su rostro y sus ojos pardos analizaban al muchacho que tenía a escasos metros.

»Yoongi es muy lindo...«. Pensó mientras lo miraba.

Min Yoon Gi era su compañero de aula. Ambos tenían la edad de dieciséis años, pero Yoongi sólo le ganaba por meses. Los cabellos del mayor eran negros y a lo lejos, sedosos. Su piel blanquecina y sus labios finos y rosados era algo que Hoseok disfrutaba de ver, aunque fuera a duras penas. Yoongi volteó su cabeza hacia él, por lo que rápidamente se escondió en aquel libro muerto de la vergüenza. Levantó un poco su mirada, notando que el pelinegro caminaba hacia él. Tragó saliva, mirando hacia todas partes.

ㅡ¿Hoseok? ㅡhabló el blanquecino.

ㅡ¿S-Si? ㅡdijo totalmente nervioso, mirando de reojo al mayor con sus mejillas rojas.

ㅡ¿Me podrías ayudar a llevar algunas cosas al aula?

La mirada de Yoongi, como siempre, era casi inexpresiva; serio en su totalidad, como si todo le diera igual. El pobre de Hoseok sumido en toda su vergüenza, asintió, dejando torpemente el libro que supuestamente estaba leyendo en su respectiva estantería. Llegó al lado de Yoongi, quien le pasó una pila con cinco libros de álgebra, los cuales pesaban bastante. Salieron los dos en completo silencio de la biblioteca, caminando unos momentos por el pasillo a la izquierda de ésta, para luego doblar a la derecha y subir unas escaleras para ir a su salón. Hoseok tragaba saliva, mirando la figura de Yoongi al frente suyo. Estaban fuera del horario de clases, por lo que los pasillos estaban prácticamente vacíos y sólo se podían escuchar los pasos de ambos; el acelerado corazón del pelinaranja también resonaba y el deseaba con todas sus fuerzas que Yoongi no fuera capaz de escucharlo.

Su amor era algo inocente, algo llevado con la máxima pureza y sinceridad. No conocía demasiado a quien tenía al frente, pero sus intenciones eran claramente conocerlo. El problema es que no sabía por dónde empezar. Llevaban siendo compañeros por años y nunca habían entablado una conversación seria. ¿Qué pasaba si a Yoongi no le gustaban los chicos como a él y terminaba rechazándolo abruptamente? Sin olvidar que ninguno de los dos se conocía muy bien. Quizá era inútil pelear por algo así, pero al menos quería intentarlo.

»El que no arriesga, no gana«. Pensó sin dejar de mirar a Yoongi.

Al llegar al aula, Yoongi trató de abrir la puerta de ésta con los libros en una mano y la llave en la otra, teniendo como resultado que los libros cayeran al suelo. Hoseok dejó rápidamente los suyos en el suelo y ayudó a su mayor, recogiéndolos con él en completo silencio. Ambos levantaron la mirada al mismo tiempo y se miraron por una milésima de segundos, para después apartar sus miradas de forma brusca. Las mejillas de Hoseok estaban teñidas de rojo, mientras que Yoongi simplemente se mantenía serio. Se levantaron del suelo, dejando los libros ahí. El pelinegro abrió la puerta del aula, tomando los libros que traía de nuevo para luego entrar. Hoseok lo siguió, dejando los libros en los estantes que tenía en el salón.

ㅡBueno... Supongo que ya no necesitas mi ayuda ㅡmurmuró el de ojos pardos al terminarㅡ, así que... Ya me voy.

ㅡAh... Espera.

Se llevó una sorpresa al notar que las mejillas de Yoongi estaban levemente sonrojadas mientras que miraba a otra parte, refunfuñando cosas que no lograba escuchar. Yoongi habló, pero fue tan bajo que no logró escucharlo.

Best Of Me ♦Yoonseok♦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora