2 días después.
¿Os soy sincero? Sí, en estos 2 días no he podido olvidar su rostro sonrojado. Lo único que ocupaba mi cabeza era ella y nadie más. Nunca pensé que una chica como ella, que seguramente no destacase nunca entre los demás, fuese a ponerme así.
¿A esto le llaman "amor a primera vista"?
Ya era lunes otra vez, y como dije, lo único que hice el fin de semana fue pensar en ella.
Me encontré con Beck y Andrea en la cafetería del instituto. Esta vez decidí ir caminando para poder despejar mi cabeza. Tampoco me quedaba tan lejos el instituto.
-Hey chicos, pensé que nos veríamos en la entrada, les estuve esperando un rato.
-Perdón Jay, necesitábamos algo para despertarnos- dijo Beck tomando un sorbo de su capuccino.
-Sí, tiene razón. Y te pedimos un mocka, espero que te guste. Aunque creo que ya está frío- mencionó Andrea posando la mirada en el café que ya dejaba de echar humo.
-Oh, gracias, nunca pensé que fueran tan buenos amigos- hablé sarcasticamente.
-Ja. Ja. Ja- soltó Beck.
No aguanté más, me decidí a hablarles de esa chica que ocupaba todos y cada uno de mis pensamientos.
-Oye chicos, quería hablarles de una cosa importante....-
Procedí a contarles todos los detalles que me venían a la cabeza a cerca de esa chica.
-Creo que se a quién te refieres- dijo Beck- llegó nueva en este curso, se llama Diana si no me equivoco. Es mona, pero de ahí a que te guste es pasarse, no crees?- soltó.
-No he dicho que me guste, solo me parece atractiva- contradije.
-Eso es que te gusta- intervino Andrea.
-Venga ya, si ni siquiera la conozco- contradije por segunda vez.
No podía creer que mis 2 mejores amigos me estuviesen hablando en serio. No me gustaba esa chica, o eso creía. Solo la había visto una vez, era imposible que yo sintiese nada por ella. ¿O si?
Ladeé mi cabeza pensativo.
-¿Hola? Tierra llamando a Jason, estas ahí?- Andrea agitó las manos en frente de mi.
-Em, sí. Estaba pensando en la tarea de química de hoy-mentí- bueno, os veo más tarde chicos, voy a dar una vuelta.
-Adiós!- gritaron a la vez.
Nunca había tenido novia, tampoco me interesaba ese tema. Pero verla hizo que mis sentimientos se pusiesen a flor de piel. Se me pusieron los pelos de punta de imaginármela a mi lado.
Y como su Dios me hubiese escuchado la vi aparecer de una esquina desconocida para mi. Mis pasos se hicieron mas lentos a medida que nos acercábamos. Ella tenía la cabeza gacha con lo que no pudo verme.
En cuánto la tuve en frente levantó la cabeza para ver lo que interrumpía su paso, se sonrojó, por segunda vez. Intentó esquivarme acelerando el paso pero la cogí del brazo para detenerla, la piel se le tenso con el tacto de mis dedos en su piel.
Necesitaba hablarle, aunque solo fuese una palabra.
-Hola..-alargé la última vocal.
Se relajó y dejó de tirar para soltarse y la dejé. Aún así noté que seguía nerviosa.
-Ho-Hola...- soltó, sin tan si quiera mirarme a la cara, el tono rojo de su cara seguía sin desaparecer.
-Soy Jason..., y tú? ¿Como te llamas?- Aún a sabiendas de ya conocer su nombre no podía dejar que lo supiese.
-Soy Di-Diana- musitó. A penas la entendí.
-Bonito nom-me interrumpió.
-¿Necesitas a-algo?- dijo.
Sí, te necesito a ti. No se lo dije, no podía, todavía.
Pude notar el sudor en su frente. Quería irse, estaba muy nerviosa. Tenía que dejarla ir, estaba yendo en contra de su voluntad. Me vi obligado a hacerlo.
-No, nada....- respondí.
Y allí estaba ella, delante de mi huyendo a toda velocidad, sin rumbo alguno me pareció. Atisbé una sonrisa en su rostro pero no lo distinguí.
~
Ya había terminado el día. Tras llegar a casa me dirigí a la ducha. Supuse que el agua fría me haría reaccionar y olvidar todo, pero no fue así.
Después me fui directamente al balcón a tomar el aire. Como no pude dormir el único remedio que se me ocurrió era dar un paseo directamente al parque.
-Joder, que frío- susurré para mis adentros. Ya había salido de casa en dirección al parque.
La noche se tornaba mas tranquila a medida que pasaban los minutos. Los coches pasaban en intervalos de tiempo aleatorios y las farolas desprendían su luz cegadora, atrayendo a las polillas como las abejas seguían a su reina. El frío a penas podía soportarlo, era imposible creer como estábamos a principios de invierno y las temperaturas fuesen bajando a pasos agigantados.
De un momento a otro empecé a notar la presencia de alguien a mis espaldas, aceleré el paso con la intención de perder a ese usuario de vista. Cuando no pude más me giré rapidamente para ver a esa extraña persona. Lo único que logré ver antes de que se escondiese detrás de un árbol fue una melena oscura la cuál me recordó a ella, Diana....
-¿Eres tú, Diana?- pregunté. La persona extraña salió de su escondite.
No me lo pude creer.
-Tu eres....
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Hola pequeeeesssss. Aquí les dejo el segundo capítulo. Y no olvidéis apoyarlo positivamente.
Besos!!!