3:10 de la mañana

8 1 0
                                    

Julio 28, 2017 2:30 AM

–Si me quieres, me dirás que no soy importante para ti. Si me quieres, dirás que nunca me quisiste en realidad y que en este momento me estás dejando ir porque nunca te interesé.-

–Sabes perfectamente que esas cosas son mentiras.-

El piso del baño en donde me encontraba sentada llorando estaba frío. Tenía mi teléfono pegado a mi oreja y mis mejillas estaban empapadas de lagrimas. Eran las dos de la mañana y estaba segura que Paige ya estaba dormida, pero yo me encontraba hablando con Patrick Quill.

–No, no lo sé.-le dije-Pero necesito que me las digas para que pueda dormir en paz.-

Hubo un largo silencio.

–No lo voy a hacer, Jean. Es tarde y sabes perfectamente que te quiero y me importas y...-lo interrumpí.

–No. Tú no me quieres ni te importo. Y pensándolo bien, dudo mucho que lo hayas hecho incluso en el pasado. Elegiste a Lorraine y eso me lo demuestra perfectamente. Así que por favor, dime lo que te pido, de otra forma no me terminará de caber en la cabeza que tú...-mi voz se quebró momentáneamente-...que tú ya no estás.-

–No, Jean. Yo te quiero y en su momento te quise más que a nadie. Pero sabes que fuiste tú quien lo mandó todo a la mierda. Es extremadamente tarde y mañana trabajo así que me iré a dormir.-

Me dolió que me pidiera que colgáramos, en ocasiones pasadas era yo quien cortaba la llamada. Pero en parte entendía que fui yo misma quien jodió todo lo que estábamos construyendo.

-Está bien.-Contesté esperando que colgara la llamada.

No lo hizo, y eso me regresó un poco la esperanza.

–No voy a cortar la llamada, por favor hazlo tú.-dijo con la voz rasposa.

–No puedo, Pat. Y no lo haré, porque eres tú quién se está yendo, no yo.-Honestamente decía ese tipo de cosas porque quería hacerlo sentir mal para así lograr que cambiara de opinión. Esperaba que termináramos la llamada en buenos términos y quedáramos en hablar más tranquilo por la mañana cuando estuviera de regreso en la ciudad.

–¡Maldita sea! Jean, yo estuve como tu pendejo durante dos meses. Tú fuiste la que nunca quiso nada más que eso. Dos días antes de que regresara Lorraine y mientras comenzaba a aceptar que tú y yo no seríamos nada decides cambiar el juego. Sabes perfectamente que las cosas no son como las estás pintando.-

Reflexioné durante un momento acerca de lo que dijo y me di cuenta que estaba siendo increíblemente egoísta. Él tenía razón en todo y yo me estaba comportando terriblemente. Lo hacía porque no lo quería perder, pero pronto reaccioné y supe que el había tomado una decisión que no podría cambiar. Una decisión a la cual yo lo había prácticamente empujado. Lo único que estaba haciendo era lastimarme y también a él en el proceso. Si el estar con Lorraine lo iba a hacer feliz entonces tenía que dejar de luchar.

–Tienes razón, Pat. Es momento de que cuelgues la llamada.-

–Jean, por favor.-

–No, es en serio. Esto es algo que debes de hacer tú. Me estás dejando ir, ¿no es así? Tienes que estar seguro y firme de tu decisión, y ahora entiendo que sí lo estás. Sólo falta que me lo demuestres a mí y a tí mismo.

–No sé si quiera.-En ese momento rompió en llanto y sus sollozos hacían que mi corazón se rompiera desde el otro lado del teléfono-No se si pueda.-

–Yo sé que sí lo quieres y sé que puedes. Vamos Pat, hazlo. Estoy aquí contigo y se que puedes hacerlo. Me estás dejando ir.-

–No puedo Jean, no puedo.-repitió esa frase muchas veces, y en cada una de las ocasiones yo le respondía con cosas como "Yo se que puedes", "Es lo mejor para ti", "Es tu decisión, confía en que puedes hacerlo", y demás.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 03, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Caminos Por DelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora