c a p í t u l o d o s.

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Seokjin caminó a la par de su amigo pelirrosa siendo observado por muchos pares de ojos, como a todo popular le gustaba la atención, sus labios estaban estirados en una sonrisa burlona y de medio lado mientras miraba al frente. En los escalones una chica, rubia y de complexión delgada chocó "accidentalmente" con él pidiendo disculpas después, pero con una mirada coqueta, él tan solo hizo caso omiso y siguió su camino al lado de su amigo que iba más que distraído viendo la pantalla de su celular.

Al fin llegaron, el salón era todo murmullos y escándalo. Algo que realmente lo ponía de mal humor.

Matemáticas, era una materia donde Seokjin resplandecia, era todo un hombre matemático, o quizá no tanto, pero vaya que le iba bien en la materia. Aunque sus padres fuesen grandes inversionistas a él no le importaba nada de eso, estaba decidido a estudiar teatro y canto, sabía de más que sus padres no le impedirían nada. Después de todo, siempre les comía la culpa de no estar con él y terminaban cediendo a todos y cada uno de los deseos de su único hijo.

Tomó asiento en la tercera columna de asientos, sacó su celular y tonteó un rato mientras llegaba su profesor. Una de las pocas féminas en aquel salón se le acercó, sentándose sobre su mesa y dejando ver la piel morena de sus muslos.

- Hey bombón, ¿Sabes? Hoy Park hace fiesta, ¿Quieres venir? -preguntó en un tono bastante irritante para el castaño.

- Chaerin, literalmente acabamos de comenzar el curso ¿No pueden dejar de ser unos imbéciles y hacer algo mejor con su vida? -su voz salió un poco molesta, ni siquiera entendía la razón de su tan repentino cambio de humor. La chica le miró sorprendida.

- Al parecer alguien se levantó con el pie derecho hoy -rio, Seokjin viró los ojos. Y luego la miró de manera despectiva.

- En realidad es con el pie izquierdo, muñeca – su tono irónico solo cortó el humor de la otra. Chae cruzó los brazos y chasqueó la lengua.

- Hoy en serio estás insoportable, solo tienes que decir no en vez de ser un imbécil -escupió la morena bajándose del escritorio y regresando a su lugar, Seokjin suspiró dándose cuenta que Jimin le miraba con expresión interrogativa, sim embargo, él solo elevó los hombros con desinterés.

El profesor llegó bastantes minutos después de haber indicado la hora de entrada, cargando consigo una pila de hojas y un vaso con café. Saludó y se disculpó por la demora poniendo cualquier tipo de excusas, a los alumnos no podía importarles menos. Sacó su pluma electrónica dispuesto a empezar con la clase, pero en ese instante tocaron la puerta provocando que todos fijaran su atención hacia aquella dirección, con suerte sería algún profesor o alumno que los salvase de esa clase o un poco de ella; el profesor se acercó a la puerta con algo de fastidio y dio vuelta a la perilla, dejando ver a un tipo peliazul parado enfrente de esta, algo nervioso y con la respiración acelerada. Seokjin se acomodó los lentes para apreciarlo mejor, un poco de sudor decoraba su cuello, sus labios se movían, pero Seokjin no podía escuchar nada, se había perdido en una gota de sudor que descendía del cuello del sujeto para luego esconderse donde no se lograba ver, el castaño tenía tantas ganas de pasar su lengua allí, era una sensación conocida, un llamado a tomar algo.

Seguramente es nuevo, pensó ya que nunca lo había visto por allí, entonces, la voz del profesor le devolvió a la realidad.

- Joven kim, no le basta con no poner atención a mi clase también llega tarde, esta es la única ocasión en que lo dejo pasar, a la próxima se va a la dirección, ya ha interrumpido el inicio de la clase, pero pase - bufó el anciano gruñón que tenían por profesor, él entro y se sentó en el único asiento vacío que quedaba - para su mala suerte era justamente enfrente del escritorio del profesor, genial, tenía una suerte de mierda aquel día.

dulce deseo 𐂂 ᴊɪɴɴᴀᴍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora