c a p í t u l o c i n c o.

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(solo para recordarles que aquí Nam es mayor que Seokjin por meses gg )

Habían pasado cerca de tres semanas en las que Seokjin explicaba arduamente los temas vistos en matemáticas, se había dado cuenta que Namjoon no era tan bueno con la memoria pues lo que aprendía se esfumaba rápidamente. Era torturante tenerlo tan cerca, deleitándose con el aroma masculino que desprendía el cuerpo del moreno; sus manos picaban por el impulso de palpar su piel hasta dejar el rastro de sus dedos. Por besarlo, prolongadamente, hasta quedarse sin aliento. Por tomarlo tan duramente que Namjoon pueda olvidar su propio nombre. A ese punto estaba completamente perdido en la curvatura de la sonrisa de Namjoon, estaba perdido en esos llamativos muslos que eran siempre presos de la tela de sus pantalones. Debía tenerlo sí o sí.

Llegaron como de costumbre a la casa del moreno, el ambiente se sentía menos tenso a comparación del primer día, incluso podía decir que familiar. Subieron al cuarto de Joon con cuidado, Namjoon dijo que su madre se encontraba en casa y estaba dormida por instrucciones médicas, no podían darse el lujo de ser escandalosos si querían conservar su vida.

— Demonios, espera aquí. Me olvidé de algo allá abajo —exclamó Nam dándose un golpe en la frente y saliendo de su habitación. Seokjin sonrió, revisó su billetera para asegurarse de cargar un preservativo. Sería una tarde interesante.

El moreno entró nuevamente cerrando la puerta. Se acercó al escritorio para sacar sus cosas y así poder empezar con las asesorías. Para él, todo estaba más tranquilo, Seokjin no había intentado nada extraño con él y eso lo hacía sentirse aliviado, incluso lo consideraba un buen compañero de charlas, no tanto como Jackson, claro, pero Seokjin era bastante simpático si se lo proponía.

Quería enseñarle a Seokjin el libro de álgebra que había comprado la tarde anterior por lo que se paró frente al librero para buscarlo. Seokjin no perdió la oportunidad de seguirlo con la mirada y detenerse a contemplar su bonito trasero. Humedeció sus labios para distraerse, no funcionó.

Realmente no podía soportar un segundo más, eso había sobrepasado sus límites. Tenía tantas ganas de empujar su polla tan profunda como pudiese. No lo dudó, se acercó de manera que la espalda de Nam y su pecho estuvieran en contacto, lo aprisionó con sus brazos. El mayor no sabía qué hacer, se quedó estático en su lugar sosteniendo el libro fuertemente sobre su pecho. Entonces sintió el aliento tibio de Seokjin que impactaba de una manera deliciosa sobre su cuello. No iba a admitir lo tremendamente bien que eso se sintió.

— Delicioso —pronunció Seok con un susurro ronco, excitante. Soltó el aire por la boca dejando que se colara en aquel preciso cuello que fue el que lo atrapó desde un inicio. Ansioso por dejar marcas, muchas marcas rojas.

Namjoon cerró los ojos cuándo las manos semi heladas de Seokjin se metieron bajo su playera acariciando su cintura. La sensación era demasiado excitante. Abrió sus ojos desmesurados dándose cuenta de lo que estaban a punto de hacer; no podía permitirlo, no, no, no.

— ¿Qué demonios pretendes? —exclamó furioso alejando las manos del castaño de su cuerpo.

— ¿No es obvio? Quiero que tengamos sexo —dijo descaradamente, yendo al punto. Una sonrisa de suficiencia apareció en su rostro.

— Que te jodan —soltó Namjoon asimilando la sencillez con la que él había dicho tal cosa. ¿Era en serio? ¿No tenía vergüenza?

— Prefiero joderte yo a ti —dijo Seokjin volviendo a acercarse de manera cautelosa.

— Eres un pendejo —soltó alejándose nuevamente.

—Vamos, ¿No tienes la misma necesidad de estar conmigo? ¿De follar? —Seokjin sabía cómo jugar, sus labios estaban a escasos centímetros listos para atacar. Se aferró a esa cintura con la intensión de detenerlo si se quería volver a alejar.

dulce deseo 𐂂 ᴊɪɴɴᴀᴍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora