Capítulo único

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Inspirado en la canción Something To Believe In from the cast of Spectacular! Y en el final de la misma película.

Gabo

Éste era el momento por el que había luchado, éste era su sueño.

Regresó unos meses atrás cuando había llegado al IAD, y recordó cada momento divertido, difícil, confuso... romántico. Vaya que vivió de todo, aunque lo último quedó inconcluso. Sin en cambio, hoy sentía que nada era imposible.

«Zoe» pensó mientras tocaba su medalla. Tal vez sería el primero de sus reconocimientos, pero así como la mayoría de la primera generación guardaba el pin con gran amor y administración, e incluso como el igual a la copa UEFA u otro premio, así él guardaría aquella medalla como un recordatorio de todo lo que le costó llegar hasta ahí. ¿Pero qué le pasaba? Todos sus pensamientos regresaban a ella, como si recitar su nombre hiciera que su corazón triste por lo más reciente, volviera a alegrarse.

Antes de que el trofeo fuese entregado su abuela lo fue a ver, sin ella jamás lo hubiera logrado. Sin ella, sin Francisco, sin Vitto, sin Ricky, Dedé y Zoé... sin Felipe. Entristeció inmediatamente al recordar lo sucedido con su mejor amigo; no lograba comprender cómo habían llegado hasta aquí después de ser como hermanos, aunque él no sabía quién era su papá y si éste tuvo más hijos, Gabo ya tenía un hermano: Felipe.
Perdió a alguien de su familia desde el momento que se negó a irse con él a otro equipo, sin embargo no se arrepentía, le ayudó a los Halcones Dorados  a llegar a la victoria, no les iba a fallar y gracias al cielo no lo hizo.

Cuando su abuela lo dejó con Zoe sintió un ambiente de nostalgia. Pero hablar con la chica lo dejó más tranquilo, aunque no fue algo muy sentimental o largo, tener charlas amenas, serias e incluso discusiones le daba una excusa para estar a su lado. —¡¡Gabo!! —gritó Ricky eufórico a la distancia​. Pronto pudo sostener el trofeo a lado de sus amigos.

Zoe

Vio a los chicos recibir el reconocimiento con gran entusiasmo y alegría. Ella sabía todo por lo que pasaron para llegar ahí, no sólo fueron problemas con las Águilas o los Tiburones, también entre ellos y sin mencionar las lesiones. Mas todo valió la pena, eran los actuales campeones y no dudaba que ganarían los siguientes campeonatos.

Estaba tan feliz por Ricky, Dedé y Gabo; eran sus amigos, lógicamente le entusiasmaba verlos triunfar. En especial a Gabo, las cosas eran implícitas y nunca pasaban del coqueteo; en todo éste tiempo desde que llegó al IAD todo fue confuso. Cuando el delantero llegó seguía pensado en Ezequiel, inclusive después de su llegada; realmente una pequeña chispa de esperanza por recuperar lo que antes tuvieron revivió por unos días, pero después del ataque de celos o lo que sea que provocó que el arquero le arrebatara su celular, su relación terminó definitivamente. El arrepentimiento surgió al conocer el cretino en que se convirtió; «un semestre difícil» bufó en medio de la multitud.

Cansada del colectivo formado en la tribuna y resto del IAD, se retiró de allí para obtener algo de paz y oxígeno hacia las canchas de básquetbol. Ahí todo era tranquilo, esporádicamente era atravesada por algún chico despistado; imaginó una blanca red dividiéndola en dos partes iguales, vio a las Fénix jugándose el campeonato gracias a su distracción y a que en ese partido no fue titular, aquello era algo que la seguía atormentado e incrementaba su culpa. Y por otra parte, observaba uno de sus mejores partidos, cerró los ojos para intentar vivirlo una vez más; el intento falló puesto que a su cabeza retornó el porqué de su distracción: Gabo. Se trató de algo inevitable al sostener el papel donde yacía el famoso autógrafo del chico. Todo lo que vivieron llegó a su corazón de golpe, y sonrió inevitablemente al pensar en el inocente beso que le obsequió un día antes de la final. Jugó nerviosa con un pequeño mechón dorado y enfocó sus claros ojos cerca de la entrada que llevaba al vestuario, supuso que en éste instante estarían festejando, gritando a los cuatro vientos que vencieron a las Águilas Imperiales y tomando entre sus manos el gran premio simbólico de su victoria —que meses antes dieron por perdida—, en la Intercopa.

Something To Believe In | Goe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora