Capítulo 2.

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Me emocioné mucho cuando escuché los golpes en la puerta, Paola, por fin había aceptado mi invitación para conocer la nueva casa, estábamos algo tristes porque por primera vez, desde la primaria, íbamos a estar en escuelas distintas, y creo que de cierta forma ella estaba molesta conmigo por ello, aunque le expliqué que no podría hacer nada por esa decisión.

Cuando abrí la puerta y me asomé, la vi parada justo en la calle, a unos metros de mi puerta, sacudiendo su mano con alegría en forma de saludo, mi madre llevaría a Don Tomás a su casa y de ahí, iría a recoger a mi padre a su trabajo, ya que iban a ir a hacer unas compras, eran las 5 de la tarde, y aún faltaba 2 o 3 horas para antes de que llegara Josselin, así que aproveché a que mi madre se fuera para poderle contar a Paola todo lo que me sucedía, algo demasiado raro para explicar por teléfono o por mensajes.

Salí y caminé con prisa recorriendo el jardín, llegue a ella, la abracé y la saludé de beso, lo normal entre amigas, e hice tiempo, no tardó mucho en irse mi madre con Don Tomás, así que le mostré el diseño del jardín a Paola luego de que ellos se fueran, un jardín preciosísimo, gracias a la paciencia y dedicación de mi tía Ivana, de repente le di la espalda para mostrarle la fuente.

El grito de Paola me alteró los nervios, que no tardó mucho para que ese grito se convirtiera en una carcajada.

Ø -¿Qué pasó?-

Le pregunté

Ø -.Josselin casi me mata del susto...-

Me respondió

Ø -¿Josselin?, ¿Por qué?, ¿Qué te pasa?-

Ø -¡Se estaba asomando de la ventana de haya arriba con una máscara horrible, como de diablo!- Me dijo.

Cuando la escuché, me llené de miedo, no supe que hacer y dudé en voltear hacia la ventana, no quería, me reusaba a pensar que se trataba de ESA habitación.

Ø -¿Cuál ventana?-

Le pregunté.

Ø -Hay Berenice, pues esa, la ventana de en medio-

Sentí mi cuerpo flaquear, se refería a la ventana de la habitación de Mariana.

Ø -¡Cállate, no es cierto!-

Le dije, comenzando a llorar.

Ø -¿Qué te pasa?, ¿Por qué te pones así?-

Yo solo pude decirle.

Ø -¡ES QUE NO HAY NADIE EN LA CASA!-

Ø -¡Te juro que lo vi!- Me dijo -¡Con una cara horrible!, pensé que nos quería espantar, ya vez como es ella-

Las dos volteamos hacia la ventana, yo, por lo menos, tuve una sensación pesada, como si alguien nos estuviera observando, se alcanzaba a ver solo un fragmento del techo de la habitación desde nuestra perspectiva, las cortinas estaban un poco abiertas pero nosotros, jamás las tocamos, jamás las abríamos.

Antes de que pudiéramos decir algo, una sombra pasó por el techo, como si alguien caminara por la habitación, no puedo explicarlo y la sombra apenas era una silueta, pero sentí que se trataba de la sombra de Mariana.

Cuando vimos esa silueta pasar, Paola se acercó a mí y me abrazó fuertemente asustada, las cortinas se cayeron de golpe, como si alguien las hubiera arrancado desde abajo, y salimos corriendo hacia la calle, histéricas.

Mi vecino estaba en la banqueta, un chico de 18 años, con ese cabello tan alborotado, que parece como si le hubieran dado choques eléctricos y su cabello reaccionara levantándose hacia arriba, se acercó a nosotras y nos dijo.

MarianaWhere stories live. Discover now