Capitulo 1

130 8 2
                                    

Me llamo Elena, tengo 17 años y aquí empieza mi historia.

Si tuviera que describirme diría que soy una chica, no muy alta, de cabello castaño y ojos marrones. En definitiva, una chica normal.

Y en lo que respecta a mi carácter, no les diré que soy tímida, callada o ingenua; por lo menos no ahora, no después de todo lo que he vivido. Pero no me adelantaré a los acontecimientos.

Mis mejores amigas son Paola y Rosmery, ellas son únicas.Son parte de mí misma,lo son todo para mí y sobretodo, me han acompañado en cada uno de los momentos importantes de mi vida. Con ellas, comparto una de las aficiones más comunes y antiguas que cualquier adolescente que se precie posee; la ropa.

Sin embargo, lo que realmente me apasiona es el atletismo. Casi podría asegurar que yo ya corría incluso antes de saber hablar.

Pero volvamos a lo importante, vivo con mi padre o por lo menos con el hombre al que siempre he visto como tal y con su hijo; John. Aunque de este último preferiría no hablar.

Desde que tengo uso de razón, el pequeño municipio de Aricagua que se encuentra al sur del estado de Mérida ha sido nuestro hogar.  Y aunque casi en su totalidad parece más un bosque que lentamente engulle a las diversas casas que se encuentran, es un sitio formidable donde vivir. Pero eso no es lo fundamental; su fauna en cambio es otra cosa. Aunque uno termina por acostumbrarse.

Mañana empiezo con mi último año de colegio; el último antes de poder marcharme a la universidad. Y si les confieso algo, estoy muy emocionada  que digo emocionada, más bien creo que estoy ansiosa porque ya pasen las horas y sea mañana.

Y ustedes pensarán, ¿ Por qué alguien en su sano juicio desearía empezar con la tortura de madrugar y hacer deberes día tras día?

Bueno pues lo explicaré muy rápido, vivir en mi casa es como un suicidio anunciado y realmente no sé cómo he podido aguantar tanto todos estos años, pero por fin seré libre y mañana tan solo será el comienzo de mi ansiada libertad.

Me pasé casi toda la tarde decidiendo que ropa me pondría para mi primer dia de clases. Y finalmente, me decante por un conjunto de vaqueros y una camisa, ambos de color blanco, a los que agregue un poncho translúcido de colores y unas botas negras.

Porque hay que decir que, aunque el clima seguía siendo agradable, las mañanas ya empezaban a sentirse un poco frías.

Para cuando quise darme de cuenta, las horas habían pasado volando y ya tenía que acostarme. Pero no antes de realizar mi rutina de cada noche.

Haciendo el menor ruido posible, cerré mi puerta con seguro, coloque un gran y pesado mueble detrás, para ser exactos mi peinadora y finalmente me recosté sobre la cama.  

Desde mi cuarto escuchaba el sonido del televisor en el salón y algo mucho peor, algo que realmente me causaba escalofríos en lo más profundo de mi ser, algo que temía; unos pasos acercándose por el pasillo. Así que, acurrucandome todo lo que pude, cerré mis ojos con fuerza y pedí de todo corazón poder dormir. Aunque fuera un poco esta noche.

Como era de esperar, no dormí absolutamente nada. Y a pesar que, el sueño me llamaba me obligue a mí misma a levantarme, asearme y vestirme.

A decir verdad, yo no era alguien que se maquillara excesivamente. Sin embargo, últimamente no me quedaba de otra, más que emplear grandes cantidades de corrector de ojeras.

Únicamente me quedaba por arreglar mi mochila para irme al colegio y cuando termine de hacerlo, despeje la puerta, la abrí un poco y me asome con sumo cuidado asegurandome antes de salir que él no estuviera por ahí rondando.

Luz de luna (#CarrotAwards2019 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora