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- ¡¡¡¡¡¡¡Lárgate de mi oficina !!!!!!!- grite ya fuerte como pude a mi padre que estaba conmigo platicando, odio que solamente venga a decirme que no debería dejar de tomar las fisioterapias, pero él no entiende que ya no quiero estoy demasiado cansado saber que nada hasta el momento ha funcionado.

- Solo es cuestión de tiempo, te lo aseguro, pero también necesito que tú colabores.

- No ya lo dije y por favor sal ahora no te ganas de seguir discutiendo contigo.

Salió de mi oficina no sin antes de una mirada en donde mostraba lo triste y apenado que se sentía conmigo.

Ya no puedo en ocasiones estoy tan cansado que lo único que quiero es dejarme llevar por el largo sueño, mi vida cambio tan drásticamente que no puedo con un golpe más, me aquella accidente me quito todo lo que era, mi vida cómo la conocía.
Saco del cajón del escritorio la casa de terciopelo rojo donde guardaba el anillo que tenía pensado darle a mi novia Amanda aquella noche, pensaba pedirle matrimonio, aunque después del incidente pensé que eso nos uniría, que todo aquel amor que en su momento nos juramos seri el pilar para poder levantarme, trajico fue saber que ella no quería ser mi pilar y decepciónate saber que no quería seguir a mi lado, soy realista quien quisiera pasar su vida con paralítico como yo.

- Señor Black ¿puedo pasar?
Lo había olvidado cuando llegó mi padre le pedí a la Señorita Alejandra que saliera del despacho, rápidamente guardo la caja donde estaba y le digo que puede pasar

- Señor Black disculpe mi atrevimiento pero podría preguntar si ¿se encuentra bien?

- Si me encuentro bien ahora sí ya está aquí será mejor comenzar a trabajar

- Claro, pero otra pregunta- había descubierto que esta mujer en verdad era muy preguntona cada ves que podía preguntaba algo y en más de una ocasión tuvimos algo inconveniente ya que realmente me trataba igual como si yo no tuviera una discapacidad aún recuerdo aquella ves que me hizo recorrer mi escritorio y juntar la pluma que había tirado

Flashback
Estaba firmado unos contratos cuando por accidente mi pluma cayó enfrente de mi escritorio, esperaba que la señorita Alejandra se levantará y recogiera mi pluma para que me entregara pero ella solo se quedó ahí en su escritorio trabajando con si nada, carraspeó la voz para ver si así se dignaba a pasármela, pero no solo siguiente ahí sentada en su silla, hasta que el dije.

- serías tan amable de pasarme la maldita pluma.

- No - dijo con tal cual, que mi sangre hirvio a tal grado de querer amarrarla en su silla giratoria y que diera vueltas hasta que rogara que parara.

- señorita que usted no ve en qué estado me encuentro?.

- si que lo sé se encuentra en Londres.

- Que graciosa, ¿en algún momento de su vida no le interesó ser comediante?.

- Le mentiría si le dijera que no, aunque no creo que sea tan buena, soy mejor en la carrera que escogí.

No tenía caso pelear con ella usualmente siempre era así por lo tanto opte por pelear aunque en verdad la odie con todo mi alma,
Fin del Flashback

Fue ahí donde me di cuenta que en verdad me trataría igual por una parte me gusto.....
- Señor ¿me escucha?.

- Si lo siento ¿que querias?

- Pues pedirle que ya que eh estado trabajando estos dos meses y en ningún momento eh tenido que ir a la empresa yo quería saber si ¿puedo traer ropa menos formal aqui?, La verdad estar así vestida es muy incómodo, bueno para mí.

Encerio estaba pidiendo eso, esta mujer está completamente loca.

- No señorita claro que no puede.

- Pero.....- estaba por replicar cuando se abre la puerta de mi despacho y entra un Steven muy sonriente como siempre.

- ¡¡¡¡¡¡Hola mis amores!!!!!!
Este idiota estaba igual de loca que la señorita sentada aquí al lado.

- Hommie.

Chocaron los cinco como si los dos fueran dos adolescentes y no dos adultos
Se acercó a mí con la misma intención y lo detuve con una mirada que habría detenido al mismo diablo.

- Esta bien, esta bien, si no quieres chocar los cinco está bien.

- Steven podrías decirme ¿Que haces aquí en mi despacho y en horas de trabajo?

-Si claro que puedes saber lo mismo que hago desde hace dos meses atrás, o sea esperar a Alejandra para poder ir a que ella como buena amiga realizar una rica cena para mi.

- Es la última vez que hago al cena, maldición que tú no puedes hacer tu propia comida, estas dejándome en completa escasez de comida en mi casa, mi refrigerador está más anoréxico que una supermodelo- comento Alejandra con un tono de reproche y algún de humor.

- ¡Sabes Andrew deberías venir a cenar hoy con nosotros te invito!- ignoro el comentario y aún esperaba una respuesta por parte mía.

- No te quiere a ti en su casa mucho menos a mí.

- no le prestes atención a esta desequilibrada mental ella estar encantada de tenerte de invitado, verdad que si Alejandra.

- Si claro así podremos conocernos mejor una plática, una cena, una buena botella de vino y un frasco de raticida que mejor que matar dos pájaros de un tiro!

- En ocasiones eres tan simpática- respondió Steven con una sonrisa, esque acaso era ese el tipo de humor que ellos manejan

- No se crea, yo será incapaz de hacerle algo a quien paga mis ingresos.

- No gracias no tengo ganas de salir, les deseo que pasen una linda velada.

- ¡pero Alejandra hará un pastel de chocolate! ¿Verdad que si?- pregunto dirigiéndose a la castaña

- Perdona ¿Que dijiste?- tan distraída como siempre.

- Que harás un pastel para mi primo el concentido.

- Si claro porque no.

El sin duda era el mejor primo sabía cuál era incluso mi debilidad

- Pero con una condición que sea aquí, no quiero salir.

Patience #TFOS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora