capítulo 6

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¡¿¿NO PUEDE SER??! ¿¡¿DE DONDE LO CONOZCO??!

Vamos samantha recuerda.

En el instituto. mmmm.. No

¿En un parque? Nooo.. No me acuerdo.

¿En el gimnasio? Ni siquiera vas al gimnasio samantha que cosas dices.

¡¿De donde conozco a este wey?!

Pero esos ojos. Siento que lo he visto en algún lugar. Su mirada es penetrante. Siento que me ha violado con su mirada. Por alguna razón me siento vulnerable ante él. Serán ideas mías. Hay algunas personas que solo con la mirada pueden comunicarse con la otra persona. Con la mirada puedes transmitir felicidad, tristeza, enojo, de todo. Por eso siempre miro a las personas a los ojos. Pero él es algo... No sé tiene algo que es raro. Su mirada es vacía. Y eso me asusta un poco. Este chico es muy misterioso. Y lamentablemente lo misterioso me da curiosidad.

samantha, ¿en qué te estás metiendo? Sabes que esto puede ser peligroso. No lo conoces al wey

silencio conciencia, pero yo.. Es que no sé. Quiero saber un poco de él. Pero ahora no, ya es tarde y voy a llegar muy tarde a clases

Escucho como abre la puerta del auto y luego la cierra. Me volteo me lo quedo mirando hasta que llegue en donde yo estoy.

¡¡Esperen!! ¿De donde salió el auto? ¡¿Qué está pasando aquí?!

Llega a mi costado e intenta hablar pero yo no lo dejo.

- wait wait wait... Oye amigo. En primer lugar ¿Cómo sabes mi nombre? Y segundo ¿ De dónde salió ese auto?

Se quedó callado y no me mira. Quiero respuestas. Me estoy enojando.

-Oye responde. No te quedes callado.

- Bueno verás. Yooo... Soy tu vecino. Vivo en el otro edificio. Siempre te veía pero tú no a mí.

-esteee...

- ok. Eso sonó feo. Pero siii... Siempre te veo salir de tu edificio y una vez escuché a tu madre llamarte desde lejos. Por eso sé tu nombre.

Ohhh rayos!! Ya me había olvidado lo que pasó con mi madre. Y Ahora él me lo hace recordar. Este día es un desastre. Y tener en cuenta que tengo hambre.

- La verdad. Sonó como si me estuvieras acosando desde hace tiempo. Bueno un gusto conocerte. Yo me tengo que ir a estudiar. Adiós.- dicho esto me fui y no miré atrás.

Gracias a todas a todas las papayas del mundo ya no insistió y me dejó en paz.

¡¡Ohh mierda!! No le pregunté su nombre. ¡¡Rayos!!

Entro al instituto y me di con la sorpresa que ya son 9:30. ¿Tanto me he demorado en caminar? Bueno, la parte de la culpa la tiene el chico ese.

Como no sé su nombre le voy a poner ANACLETO. Qué hermoso nombre.

Llego al salón corriendo y toco la puerta. Sale la profesora de lenguaje.

- Señorita Samantha. Estás no son horas de llegar.

- Lo sé profesora pero... Es que tuve inconvenientes en el trayecto al venir al instituto. Por favor, perdoneme. Nunca va a volver a pasar. Usted sabe que yo nunca llego tarde. Esta es mi primera vez.

- Alumna... Ya pare. La voy a dejar pasar. Pero, por favor, que sea la primera y última vez. ¿Me escuchó?

- Sí, profesora. Como usted diga.

Pasé y me fui al asiento vacío de adelante.

¿ Quién es el chico? Osea, ya sé que es mi vecino. Pero que raro que nunca lo haya visto.

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