Esa carta...

15 0 1
                                        

Daniela se despertó a las tres de la madrugada, dejó el libro sobre la mesilla de noche y se levantó para ir a buscar un vaso de agua a la cocina. Había perdido el sueño y decidió quedarse allí para no molestar a su tía, fue entonces cuando encontró un extraño papel amarillento sobre la encimera. Era un sobre, pero no uno cualquiera ya que no había ninguna dirección para un destinatario ni un remite además tampoco estaba cerrado así que Daniela se tomó la libertad de leer lo que ponía:

A mi hermana, Elia;

¿Cómo va todo por Barcelona? Espero que Daniela se encuentre bien en el nuevo instituto. Aquí te dejo los 650€ para cubrir todas sus necesidades. Estoy deseando que llegue el dia en que pueda volver a abrazar a mi hija... ¿Cómo te va en el bar? si necesitas más dinero no tengo problema alguno en enviarte unos 40-50€ más y lo sabes. Besos, Mayra.

PD: Ya lo tengo todo listo ir a visitaros por el cumpleaños de la niña... ¿Crees que he tomado la decisión correcta?

Daniela no sabía que pensar, estaba hecha un lío, por un lado sabía que era su madre pero por otro sentía que no lo era. Decidió volverse a la cama y se quedó un rato mirando al techo hasta que finalmente ya fuera por el aburrimiento o por sus ganas de desaparecer de este mundo se durmió. 

¡¡¡BIP, BIP, BIP!!! ¡¡¡BIP, BIP, BIP!!!

Eran las ocho y media de la mañana, Elia se despertó gracias a los repetitivos ruiditos que emitían el móvil de Daniela y corrió hacia su cuarto. Empezó a menearla y a gritar su nombre pues no quería que sobrina llegara tarde el segundo día de instituto. Daniela se vistió a toda velocidad y cogió la carta de su madre para que su tía no se diera cuenta de que se la había quitado.

Una vez en clase el día pasaba muy lento. Por suerte podía contar con Tania que, aunque no la conocía mucho, le servía de distracción para no pensar en esa carta. Hubo un momento en  el que pensó que podía contárselo pero decidió que no era una muy buena idea pues prefería que este asunto se quedara dentro del ámbito familiar para no crear dramas. Tania vió a Daniela bastante distraída y tristona y pensó que quizás estaría bien invitarla a comer.

-¿Te hace un McDonals?- dijo Tania tendiéndole la mano y poniéndole una cara un tanto tierna.

-Esta bien pero deja de mirarme con esa cara de pena.

-Perdóna... Es que como no te veo muy alegre... Pensé que querrías salir a comer...-dijo esta vez con una cara de desilusión.

-Mujer... Tampoco te pongas así... Es que yo no soy de esas personas que les gusta que se preocupen de ella a cada vez que hacen algo fuera de lo normal.

Al llegar al McDonals se sentaron en una mesa y empezaron a comer. En ese momento justo Daniela vió pasar a una chica, a esa chica, una chica de la cual había estado enamorada durante años, esa chica con la que había compartido momentos como su primer beso, esa chica de la cuál se había vuelto a enamorar. Hacía ya tanto tiempo que no la veía... Casi un año y medio... Por desgracia ya era hora de marcharse al bar y hablar con su tía sobre esa carta. Sin duda Daniela pensada que ese era uno de los peores días de su vida al menos uno de los más pesados.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 25, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Mi hombre ideal...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora