Love Through Time

Primera Parte

Se escuchaba el sonido del siguiente golpe, mientras caía estrepitosamente al piso, chocando contra un cubo de basura. Se levantó nuevamente para que recibiera otro puñetazo y otro, provocando que el sujeto frente a él, lo mirara un poco fastidiado.

-¿Oye no te rindes jamás? – fue lo que le pregunto.

-Seguiría todo el día.- Respondió sin titubear antes de intentar golpearlo.

Aquel hombre tomo su brazo y le dio otro golpe, tirándolo en el piso.

-Oye pelea con alguien de tu tamaño.- aun estando en el suelo, pudo reconocer la voz de su amigo. Quien de manera veloz ahuyento al bravucón.

-A veces pienso que te gusta ser golpeado.- Miro mientras veía a su amigo levantarse lentamente.

-Lo tenía contra las cuerdas.

-¿Cuántos intentos van? – miro la hoja que estaba tirada en el piso.

Levanto su mirada y se quedó estupefacto al notar que su amigo llevaba el uniforme militar.

-¿Ya te asignaron?

-A la 107, Sargento James Barnes.

Escuchar eso, solo aumento sus ansias de seguir intentando. No quería quedarse atrás, ¿si su amigo lo había logrado por el no?

....

Ya lo había decidido, no importaba intentarlo las veces que fuera necesario. Incluso dejo a su amigo junto a esas dos chicas, después de haber visto a Howard Stark con aquel coche volador, ciertamente fue algo interesante pero eso no era lo importante.

Entonces apareció nuevamente Bucky reprendiéndolo y diciéndole que su idea era una locura. Ambos estaban ensimismados en su discusión que no notaron que dos pares de ojos los miraban.

-¿Es él? – fue lo que pregunto, mirando con curiosidad al rubio.

-Es el.- sonrió su acompañante.

Observo con atención como aquella discusión terminaba de manera un tanto peculiar, mientras fingía junto a su acompañante que prestaban atención a otras cosas. Steve se dio la vuelta después de despedirse de su amigo, por un momento su mirada se conectó con una de color chocolate y no pudo evitar ruborizarse cuando esa persona le sonrió y le guiño de forma coqueta.

-¿Entonces qué opinas? – susurro para que no los escucharan.

-Hay que intentarlo.- sonrió, para seguir al muchacho.

...

Miraba como el doctor salía, después de que una enfermera entrara a buscarlo, aquello no le inspiro confianza, era obvio para él, que habían descubierto su engaño. Estaba poniéndose los zapatos, cuando un oficial entro, y segundos después un señor de al menos 50 años entro, con la misma mujer que tiempo atrás le había coqueteado.

-Muchas gracias.- hablo el señor, para que el oficial se retirara de ahí. – Así que, quiere cruzar el océano y aniquilar nazis.- Hablo mientras miraba su expediente.

Estaba un poco nervioso con la mirada, que aquella mujer le daba. Provocando que fuera incapaz de responder.

-¿Disculpe?

-Dr. Abraham Erskine y ella es mi asistente.

-Dime Tasha.- la mujer asintió como saludo.

-Representamos a la reserva científica estratégica.- estrecho la mano del rubio.