DRAFT

DUALITY

"Mi cabeza da vueltas...
Veo todo borroso...
No puedo oír mi propia voz..."

"Oigo voces que no son mías...
¡No puedo controlarlas!
No cesan las voces de mi interior..."

¡¡ME DUELE LA CABEZA!!

Otra vez no....

∆∆∆∆∆

Tras estar encerrada por mas de un mes, Emily ya no era reconocible; tenia tantas heridas y cada una peor que la anterior; pero lo peor no era superficial.

-Levantate mocosa -Le dijo un guardia a Emily que se encontraba en una camilla con un aspecto de muerto viviente, esta era cuestionada por doctores y más guardias.

-....

-¡Que te levantes! - Tras lo ultimo el guardia la tomo a la chica del brazo y tiro de este, Emily por su parte no respondía - Inyectele adrenalina, el jefe quiere verla ahora mismo.

Los doctores del lugar se colocaron a las orillas de la camilla acomodando a Emily en esta y preparando la inyección.

-Insulina en 3...2....1... - El cuerpo de Emily solo se retorció, pero ella no dio señales de vida

- ¡Dense prisa! Necesitó llevarmela lo más pronto posible

Unos segundos transcurrieron y Emily dio una bocanada de aire, su cuerpo se tenso provocando que se levantase de golpe. El guardia la tomo del brazo y se la llevo casi a rastras.

Emily no sabia que ocurría a su entorno, solo veía luces y sombras por todos lados.

∆∆∆∆∆

A unos cuantos metros se alzaba una puerta de dos metros o más. Esta tenia detalles que delataban su antigüedad y tenia un Centauro a la mitad de esta.
En centauro se encontraba bañado en oro, con dos rubíes escarlatas incrustados en los ojos.

El guardia abrió la puerta y la habitación se encontraba vacía.

-Mierda, el jefe me matara - Dijo el guardia con un poco de miedo en su voz

- En cierto punto ya lo estas- el guardia solo puede voltear a ver al dueño de la voz para que un último suspiro acompañado de sangre se escape de boca. Cae inerte.

Emily volteo con el pensamiento de ser asesinada igual que el guardia antes parado a lado suyo, pero solo pudo ver a un hombre no muy joven, ni muy grande. Un hombre alto con una sonrisa cautivadora,  unos ojos de un color azul profundo o,  ¿acaso eran tan profundos que podrían ser  negros?, nadie lo sabe; cabellos cafés, y vestía un traje del color de sus ojos, camisa blanca que adornaba con una  corbata negra.

-Un gusto volverte a ver... Mi querida Emily

Emily se quedo pasmada por las palabras que escuchaba, y la voz hasta cierto punto se le hacia familiar pero, ¿de donde?

-No me digas que no recuerdas a tu tio Jerom Mortimer

Ahora lo recordaba. Emily recordaba a su "padre" maldiciendo a un tal Jerom, siempre que le hablaban por teléfono quedaba lleno de furia y rencor con intenciones de matar al famoso 'Jerom' y a su tio Joel.

-Oh! Creo que si me recuerdas .- dijo el hombre con un tono rison en su voz

-¿Qué hago aquí?- Dijo Emily con un tono de seriedad en su voz

-¿Tus "papis" nunca te contaron?

-....

-Oh! Cierto, que ni si quiera vivías con ellos. Vivías con la bruja de Amelía y el sincorazón de Frank. Que lástima me das.

-¿Cómo sabes que hací son?

-¿No oíste que soy tu tío?

-Pero no tienes el mismo apellido

-Ahora ya no; pero dejemos de hablar de mi. Toma asiento.- El tipo se sentó en una silla altísima con incrustaciones de rubíes y gemas, en cierto punto se parecía a la puerta pero ahora era un silla.
Emily se sentó en una pequeña silla frente al sujeto que afirmaba ser su tío. De por medio los separaba una pequeña mesa con unas galletitas.

-¿Ya sabes que Serena murió?

-Algo así escuche

-Bueno, yo tenia planes para ambas pero ahora los tendré que reducir a la mitad por que solo estas tú.

-¿Qué... Quieres decir?

-Pronto lo sabrás.

-Quiero saber ahora.

Tras terminar la ultima frase, Emily se hallaba en el piso y con un cuchillo en el cuello.

-Tu no eres quien para darme ordenes. ¿Ok?

Emily asintió con la cabeza.

-Aquí existen reglas. Numero 1: Jamas me des ordenes. Numero 2: Jamas me tientes a matarte. Numero 3: Jamas me desobedezcas. Numero 4: Jamas me contradigas. Y la numero 5, la más importante: Jamas sabrás que sera de ti el día de mañana. ¡¿Esta claro?!

Emily volvió a asentir y el sujeto se levanto con dirección a la puerta.

-Suerte en tu entrenamiento, sobrinita.- Jerom le dedico una sonrisa y salio de la habitación.

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