Dejé de juntarme con Seo y con las chicas, les hablaba, pero ya no tanto como antes, nuestra relación sólo se basaba en trabajos, los buscaba cuando teníamos que hacer un trabajo en equipo, eran personas responsables y hacían la mayor parte de los deberes así que era relativamente fácil pasar con ellos. Para lo demás me juntaba con Dariel y sus amigos, era un grupo que constaba de él, su novia Feridiana y sus dos amigas, Ana y Paola. Me llevaba muy bien con ellos, hablábamos de diversas cosas sin que me criticaran como lo hacían Seo y las chicas. Reíamos todo el tiempo, decían puras estupideces, pero eran tonterías agradables. Mi amigo por su parte continuó con Ishtar y Lakshmi, ellas en confianza hablaban más, pero si no te conocían parecían dos tumbas, Seo sólo era serio, tal vez por eso siempre andaban solos los tres, sin hablarle a nadie más del salón.
El asunto con Gwen ya iba sobre ruedas, sin los sermones de mis antiguos amigos me podía mover con más libertad y para mejorar la situación, había aceptado salir conmigo, iríamos a una especie de posada por ser diciembre, así que para mí cita me arreglé apropiadamente, me perfumé y usé mis mejores prendas. Habíamos quedado de vernos en la entrada de la prepa, iba a llevarle un regalo, pero para no sentirme tan estúpido decidí mejor no darle nada, no quería que me viera demasiado interesado en ella.
Cuando llegué a la escuela ella ya estaba ahí, vestida completamente de negro y su cabello ya estaba algo desteñido, sólo en algunas puntas seguía siendo azul y rojo. Conforme fuimos platicando en Facebook, me enteré de más cosas acerca de ella que me intrigaron bastante, le gustaba el metal, algunas sectas ocultistas, la música con violín y creo que está de más decir Harley Quinn, aunque en general le gustaban algunos villanos y al igual que yo sólo había visto las películas. Aunque fue en clase de estudiantina donde nos dedicamos a hablar más de nosotros, hasta que habíamos llegado a aquel día.
—Que puntual—le dije sonriendo—. ¿Llevas mucho tiempo esperando? —Ella me correspondió la sonrisa.
—No, hace apenas tres minutos que estoy aquí. —Amaba su voz, tenía una entonación tan suave y delicada que temblaba con solo oírla.
—Bueno en ese caso ya vámonos que se nos va a hacer tarde.
—Sí, tienes razón Dan—odiaba a las personas que me llamaban Dan, me gustaba que dijeran mi nombre completo y no la abreviatura, sin embargo, con Gwen era distinto, se podría decir que hasta lo disfrutaba.
Fuimos a la casa de un amigo de la secundaria que era donde se llevaría a cabo la dichosa fiesta, bebimos y comimos en exceso, hicimos varias bromas y en una a Gwen se le salió el ponche por la nariz al no poder contener su risa, fue ahí cuando me acordé de Seo y sus comentarios fuera de lugar, ahora más que nunca me pareció que él estaba terriblemente equivocado acerca de Gwen.
—¡Ya basta Dan! O vas a hacer que me ahogue—me dijo Gwen mientras tosía bruscamente sin borrar esa hermosa sonrisa de su rostro.
—¡Yo no tengo la culpa de que te burles de mí! —Usé mi mejor sonrisa para decirle eso en modo de descarada coquetería, ella me golpeó un hombro y me dio un beso en la mejilla. Sentí que flotaba y si hubiéramos estado solos hubiese pegado un grito en el cielo. —Espera, ¿no quieres tomarte una foto conmigo? Digo solo para recordar el momento—Gwen asintió gustosa y posamos para mi celular.
Listo, había tomado una nueva foto y con eso ella se sumaba a la lista de chicas que habían caído a mis pies. Quedamos de seguir hablándonos el resto de las vacaciones de invierno, después de la fiesta al llegar a mi casa coloqué nuestra foto como perfil de WhatsApp. Quería que todos superan que iba en serio con Gwen en especial Seo, que tanto alardeaba de que ella no me iba a hacer caso.
Lamentablemente la alegría no me duró mucho ya que al regresar de clases Gwen no me quiso dirigir la palabra, era como si me reprochara algo y lo peor es que yo no sabía que era. Más tarde me entere (gracias a Seo) que le habían dicho un chisme acerca de mí, y para mi desgracia había sido Román, un maldito niño de primero al que odiaba y que no sabía que era el mejor amigo de Gwen.
«¡Me lleva el carajo!», Gwen no me quería escuchar y el estúpido de Román se burlaba de mi desgracia. Lo peor es que Seo ya me había advertido de que Román se llevaba bien con "mi única y detergente", como la llamaba él. No le había querido escuchar y gracias a eso me veía ahora envuelto en un gran problema.
—Ya basta Dante, no quiero seguir hablando contigo—mi nombre completo en sus labios sonaba frio y cruel.
—Gwen no es lo que crees...
—No me importa Dante, igual te quiero fuera de mi vida.
Fue en ese instante en el que me di cuenta de que algo iba terriblemente mal conmigo.

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Obsesión
Non-FictionUn joven que sólo andaba de chica en chica, sin importar los sentimientos, sin importarle nada más que su satisfacción y sentirse bien consigo mismo. Hasta que algo pasa, y da un vuelvo en su vida, comprende que no todo estaba perfecto y que no e...