La primera noche juntos [Miraculous Ladybug Fanfic]

Capítulo único: La primera noche juntos

¡Lo prometido es deuda!

Aunque tardé mucho, aquí está el spin-off del capítulo 50 de Rumores, fanfic que por cierto ya está terminado :3 Esto realmente no sucede en la historia principal, pero ya que muchos pidieron su cataclismo terminé escribiéndolo :v Tal vez es un poco corto, pero eso no quita que me esforcé. Disfrútenlo <3

Miraculous pertenece a Thomas Astruc y asociados.

Imagen de portada: Sinkoriin - http://sinkoriin.tumblr.com/post/163034779641/youre-doing-ml-again-really-gosh-damn-can-i

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CAPÍTULO ÚNICO

LA PRIMERA NOCHE JUNTOS

Aquella noche era claramente diferente a las demás, sólo una pared estaba separando a los jóvenes si. No podía mentir, si tenía un deseo como el que Gabriel Agreste les había insinuado, pero también quería solo abrazarse, hablar largo y tendido sobre todo lo que estaba sucediendo con aquel chico que hacía latir su corazón.

Marinette quería poder llorar en el hombro del chico que le había robado su corazón. Quería derramar las lágrimas que él no estaba dejando salir, quería mostrar que dentro de esa aparente debilidad estaba una fortaleza que no la dejaba caer. Anhelaba poder decirle lo que sentía, que gracias a esos sentimientos ella era feliz. Que se sentí capaz de afrontar todo por él, por lo que sentían.

Mientras tanto Adrien solo pensaba y pensada, dejándose llevar por los males que aquejaban sus vidas. Le era difícil no pensar en las posibilidades de que algo le sucediera a su musa, todo por ser un tonto incapaz de protegerla.

Se levantó, tomó algunas cosas de su guardarropa y salió camino al gimnasio de su casa. Pasó por el frente de la habitación en la que estaba encerrada su ahora novia, por un instante quiso tocar para pedirle que le acompañara, así como su nuevo gato lo estaba haciendo, pero prefirió continuar, no quería que sus tontas emociones la molestaran. Mucho menos quería que se malinterpretara la invitación.

Llegó a la habitación llena de diferentes aparatos, sin miedo de ser visto, ahí mismo se cambió a una ropa un poco más deportiva. Encendió el estéreo, conectó una USB y la música comenzó a invadir aquel espacio que no solía ser muy usado por los varones de la familia Agreste por puras cuestiones de tiempo.

El felino negro se molestó con la música que su dueño escuchaba, por lo que mejor salió de ahí con el motivo de buscar a su compañera de especie. Tomó camino por la ventana del gimnasio y a volvió entrar a la mansión por la del cuarto de la joven peliazul, la compañera de Tikki.

Apenas se introdujo, los maullidos de ambos no se hicieron esperar. Parece que se estaban comunicandose con la chica de coletas, intentando que hiciera algo que ellos querían. Ella simplemente pensó que querían algo de comer ya que rascaban la puerta; desconocía donde quedaba la cocina, pero confiaba que ellos pudieran abrirle camino en aquel lugar desconocido. Tan pronto abrió la puerta, los dos animalitos corriendo a brincos mientras la franco-china los perseguía.

–¡Tikki! –Intentó llamarla sin resultado.