²THE ASSASSIN

𝟬𝟬𝟱 the missing half

CAPÍTULO CINCO:
LA MITAD PERDIDA.

                    Blair Weber ingresó a la habitación con los brazos cruzados sobre su pecho. Su rostro no mostraba ninguna preocupación a pesar que estaba nerviosa, pero necesitaba actuar así o su plan no daría resultado. Sus pasos se escucharon por la habitación —. Y deberían matarme a mí, porque de ninguna manera voy a encubrir un asesinato.

      Entonces, Liam soltó a Nolan de inmediato y se giró hacia la humana y la quimera. Theo miró a Blair y rodó los ojos, le molestaba que la chica hablara tan a la ligera sobre su muerte.

      —Ya hicieron su punto—, murmuró Liam.

      —Y no lo mataste, es progreso—, contestó Theo.

      — ¿Por qué siguen tratando de salvarme?—, gritó el beta —. ¿Crees que hará que Scott se olvide de todo lo que hiciste y te dejará entrar en la manada? Scott nunca va a confiar en ti. Y tú, ¿acaso esta es una retorcida manera en buscar el perdón de Scott por haberlo dejado? Creo que llegaste un poco tarde para eso.

      —Quizás quieras recordar cuál es siempre la meta de Scott: mantener a las personas vivas—, contestó Liam mientras Blair permanecía en silencio. 

      —Debería esforzarse más—, murmuró Nolan.

      — ¿De qué estás hablando?

      —No lo sabes, ¿verdad? Lo de los otros cuerpos—, contestó Nolan una vez que Theo volvió a colocarlo contra el espejo como lo sostenía Liam antes.

      — ¿Qué otros cuerpos?—, preguntó Liam, intercambiando una mirada con Theo.

      Blair tragó saliva, dejando la discusión para más tarde.

♦

                    — ¿Ya lo cerraron?—, preguntó Blair al otro lado de la puerta y, cuando Liam asintió, ella ingresó a la habitación. La chica era sensible frente a la sangre y estaba segura que no quería ver un cuerpo.

      —Habrá más cuerpos si no encontramos la otra mitad de Aaron—, señaló Liam.

      —De la que no sabemos nada—, culminó Theo.

      —Pero sabemos una cosa. Sabemos que es un hombre lobo—, aclaró Scott.

      —Necesitamos encontrar a otro hombre lobo ya—, repitió Liam, remarcando que tampoco era de mucha ayuda.

      Liam se removió —. Preferiblemente antes de que se fusionen.

      Malia frunció el ceño —. ¿Qué pasa si se fusionan?

      —No lo sé—, negó Scott —. Pero tengo la sensación de que no va a ser bueno.

      —No eres el único—, agregó Blair, su mirada fija sobre el mueble que contenía los cuerpos —. Si causo todo esto una mitad, no me quiero imaginar ambas.

      — ¿Hay alguna posibilidad de juntar a ese ejército, Scott?—, inquirió Liam.

      —Lo estás mirando—, contestó Malia, explicando con esas tres palabras que el convencer a su padre había resultado en una falla total.

      —Esperemos que esta cosa no se alimente de la desesperación porque está habitación apesta a ella—, habló Peter al ingresar a la habitación acompañado por Rayna Evans, quién golpeó el brazo del hombre antes de escanear la habitación con su mirada.

      Blair se removió incómoda cuando los ojos de la chica que parecía una diosa se posaron sobre ella. Scott le había contado sobre su existencia y, el saber que no sólo parecía sino que realmente era una diosa, le enviaba escalofríos.

      — ¿Qué pasó?—, inquirió Scott.

      —Peter decidió optar por otro estilo—, se burló Rayna y el hombre le miró mal antes de alzar el volante en su mano derecha. Scott le dedicó una sonrisa a la morena, encontrando gracia en su comentario.

      —Cazadores. Destruyeron mi perfecto vehículo. Entonces, si esta cosa tuvo algo que ver con ello, me gustaría ver que su muerte sea apropiadamente dolorosa.

      —Creí que tenías dos autos—, señaló Malia y Peter alzó el otro par de llaves antes de arrojarlas al suelo. Blair frunció el ceño, sin comprender pero no animándose a preguntar.

      —Va a haber consecuencias a pagar.

♦

                    Liam se acercó a Blair con cuidado, tocando sus hombros mientras la chica miraba por la ventana. Ella se dio la vuelta, alerta de repente antes de relajarse al encontrarse con el castaño —. Soy solo yo, tranquila—, anunció con una sonrisa.

      —Sí—, suspiró la humana antes de volver a girarse y mirar por la ventana nuevamente. No estaba molesta con Liam, pero no estaba de ánimos para hablar con él.

      —Escúchame, sobre lo que dije hoy––.

      —Está bien, Liam, estabas enojado. Lo entiendo—, asintió Blair, volviéndole a mirar.

      —No, no está bien. Me pasé, no debería haber dicho eso, no––. No es mi lugar para hablar sobre ello. Discúlpame, Blair. No volverá a suceder, o al menos intentaré no volver a hacerlo.

      Blair le sonrió —. De acuerdo, Liam.

      —Y, ahora que ya me disculpe, voy a pedirte que te vayas—, continuó el castaño y colocó su mano sobre la boca de la chica, evitando que protestara —. No eres como nosotros, corres peligro con sólo quedarte. Vete y vuelve cuando todo haya acabado.

      —Cuando los hayan matado—, habló la chica en cuanto el lobo le permitió continuar.

      —Entonces, ¿no confías en nosotros?—, alzó una ceja Liam.

      Blair se relamió los labios —. Confío en ustedes, pero no voy a irme cuando sé que puedo ser de ayuda. 

      —Blair, puedes salir herida––.

      —Al igual que ustedes, Liam. No voy a irme, no importa lo que me digas ni lo que hagas. Voy a qued––, los labios de Blair fueron incapaces de seguir hablando cuando los labios de Liam se colocaron sobre ellos.

      La chica cerró los ojos al mismo tiempo que le respondía el beso.

      Blair supuso que todo pasaba por la adrenalina del momento, por la sensación de que no saldrían vivos de esta, pero no le importaba. Ella sabía que había una conexión entre ambos que, aunque no estaba lo demasiado desarrollada, no le quitaba importancia.