²THE ASSASSIN

𝟬𝟬𝟵 the resistance to the dark side

CAPÍTULO NUEVE:
LA RESISTENCIA AL LADO OSCURO.

                    Blair y Liam se encontraban en el hospital, llevados allí por parte de Nolan. La morena aún no comprendía del todo por qué se encontraban allí, pero estaba segura que no podría ser algo sencillo.

      — ¿Ven a ese chico?—, habló Nolan en cuanto ingresaron al edificio, mirando a un hombre con el uniforme de enfermero —. Por eso no hemos entrado por la puerta principal.

      — ¿Quién es?

      —Está con Monroe—, contestó Nolan —. Estaba allí anoche. Le dieron una pistola como a todos los demás. ¿Ves a esa enfermera de ahí?—, señaló a una mujer rubia —. Estaba justo detrás de mí. Hay más de los que piensan, y no son solo cazadores. Son todos y cada uno de los que están dispuestos a tomar un arma. Anoche les estaban enseñando cómo usarlas, cómo llenar un cargador, qué hacer si el arma se atasca.

      — ¿Enfermeros?—, preguntó Liam, tan perplejo como Blair.

      —Todo el mundo.

      Blair negó inconscientemente —. No puedo creerlo.

      Liam se giró a Nolan —. ¿Esto es lo que querías mostrarnos? ¿Que la gente nos odia? Podría haberlo averiguado por mi propia cuenta.

      —No es solo eso—, negó Nolan —. Vengan conmigo, ¿de acuerdo?

      Blair y Liam intercambiaron una mirada, pensando si realmente deberían de hacerle caso. La chica tomó la mano del castaño y la apretó antes de asentir.

      — ¡Ahora!—, avisó Nolan antes que los tres comenzaran a caminar rápidamente, casi corriendo.

♦

                    Blair frunció el ceño cuando observó tres personas que parecían en un severo estado de salud. Se encontraban acostados en camillas, todos inconscientes y con tubos conectados a sus cuerpos, junto con máquinas que mostraban su estado actual.

      —Los trajeron ayer—, anunció Nolan.

      — ¿Quiénes son?

      —No lo sé, pero los trajeron anoche.

      Blair miró a Liam, quien observó un momento a Nolan antes de volver a mirar a la chica y asentir casi imperceptiblemente. Él le estaba confirmando que el chico no mentía, a través de los latidos de su corazón.

      — ¿Sabes qué eso?—, preguntó Nolan cuando Liam se acercó a una de las bolsas de transfusión que se encontraba rellena con un líquido púrpura.

      —Es acónito, ¿no?—, se adelantó Blair.

      Liam se dio la vuelta y asintió —. Es acónito.

♦

                    — ¿No podemos simplemente quitarlas?—, inquirió Liam mientras hablaba por teléfono con Mason.

      —No, no quites las vías—, negó con autoridad —. No sabes lo que sucedería. Espera hasta que lleguemos ahí. Estamos en camino.

      —Está bien, date prisa—, cortó Liam la llamada.

      —Bueno, me voy—, suspiró Nolan.

      Liam se interpuso entre él y la puerta —. ¿Qué pasa con tu plan?

      —Nadie los vio entrar conmigo.

      — ¿Y?—, instó Liam.

      —Y.., no necesito que me golpeen—, culminó Nolan.

      —Esa era la única parte del plan que me gustaba—, admitió Liam.

      Blair rió —. A mí también.

      —Vete—, asintió Liam y el chico salió rápidamente por la puerta.

      Blair se acercó a Liam, cruzándose de brazos —. Eso fue extraño.

      —Sí, lo fue—, asintió Liam, tomando a la chica por la cintura y acercándola a su cuerpo.

      — ¿Deberíamos escapar?—, preguntó la chica.

      Liam desvió su mirada un momento a los cuerpos antes de volver a mirar a la morena —. No, esperemos a Mason y Corey—, contestó antes de unir sus labios con los de ella.

♦

                    Liam se acercó de un momento al otro a la puerta y Blair le miró atenta. Sus oídos intentaban escuchar, pero sabía que de nada serviría a comparación de la audición del lobo.

      — ¿Escuchaste algo?—, susurró la humana, acercándose a él sin hacer ruido.

      —Algo está pasando—, respondió antes que la luz se cortara y se prendieran las luces de emergencia.

      —Eso no puede ser bueno—, comentó Blair antes que escucharan ruidos del otro lado.

      Los ojos de Liam brillaban en un fuerte color dorado, mientras que Blair se agachaba y alzaba su pantalón lo suficiente para desenvainar una daga. Los dos intercambiaron una mirada entre ellos antes de volver a mirar de donde provenían los ruidos.