Más que Kira.

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23/12/2016

A la mañana siguiente amanecí ansiosa, inmediatamente despertar tome mi teléfono que cargaba en el buró a mi lado, lo abrí en el chat de anoche.

Edward Reynolds aceptó tu solicitud de amistad

- Oh por Dios - dije sintiendo como el aire comenzaba a faltarme, me había aceptado la solicitud de amistad, poco me falta para pararme a gritar y bailar cómo loca.

- Ok Licht, respira hondo - jalé todo el aire que pude y lo solté, volviendo a respirar con normalidad, pero me duró poco al ver que había mandado un mensaje.

Hola

De acuerdo como rayos era posible que con esa simple palabra logrará emocionarme tanto.

Hola

Le respondí casi saltando de alegría.

Sabes te juró que pensé que no me ibas a contestar y cuando lo hiciste mi cara fue de una verdadera fan

La verdad estoy super contenta de que me hayas respondido.

Suspiré y alejé el teléfono de mi, volviéndolo a dejar en el buró, recordándome evitar el vómito verbal, no quería que lo supiera, no tan pronto al menos. 

Recién ahora que dejó mi teléfono me doy cuenta de que mi hermana pequeña no está en su cama.

Debe estar viendo la televisión con mi mamá.

Me levantó de mi cama, tomo mis chanclas y salgo de mi cuarto.

Mi estómago ruge así que bajo a la cocina y busco que comer, comienzo con una manzana y me dirijo a prender las luces del árbol de navidad y el nacimiento.

La navidad es una de mis épocas menos y más favoritas del año, me gusta por los regalos, la familia, y no me gusta por que me pone nostálgica, fin de año, se acaba un año, comienza otro, las muchas cosas que no hice.

Pero este año logre hacer lo que quería hacer desde hace un año en sexto, mandar el mensaje.

Aunque conociéndome poco iba a durarme eso, pues perdería el anonimato extremadamente rápido.

Pensando en eso, podría usar la navidad para algo.

Tengo una genial idea.

**************
Había pasado un buen rato, el ya lo había visto pero no había respondido, cómo me había prometido tratar de ser sincera con esto escribí lo primero que cruzó mi mente.

Iba a esperar a que me respondieras pero con que lo leas es suficiente, digo es así es como suele ser.

Envíe el mensaje arrepintiendome instantáneamente, era cierto pero sólo lo había mandado por que me enojaba.

*Pero tú eres quien lo busca.*

La voz de mi conciencia siempre tenía razón, era yo quien lo buscaba.

No podía hacer nada, el mensaje ya había sido enviado.