Lienzo en blanco.

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CAPITULO 1

Un prólogo no muy prólogo.

Y fue ahí, en las calles empedradas de la ciudad que su mirada se cruzó con mis ojos... Era una mirada tan potente que sentí que me deslumbraba. Era una mirada llena de luz. Lo demás ya estaba pronosticado por algo llamado destino, y así, lo veía cada domingo en la misma calle a la misma hora. No tardamos en hablarnos y mucho menos en acostarnos. Él era pintor. Y yo una niña aún... A la que quería que le pasaran cosas. Y me iban a pasar... Claro que me iban a pasar. Él era sólo el principio.

Su nombre era James. Y le gustaba sorprender a las mujeres así como le gustaba hacer garabatos en un lienzo. James era muy guapo. Y tenía una voz grave... Pero suave. Una voz que me acariciaba cuando pronunciaba mi nombre. Tenía unos ojazos azules y profundos... Misteriosos, y como todo misterio, eran atrayentes. Su manera de caminar... Parecía que flotaba, él caminaba ligero. Él se hacía notar, o al menos eso me pareció a mí. El primero en enterarse de mi deseo por él fueron las servilletas que ocupaba para comer. En cada esquina dibujaba un corazoncito con la leyenda "mío... James. Suya... James" como fuera, esta locura comienza y termina en él, justo como mis leyendas de corazones en servilletas desechables. James.

CAPITULO 2

EL COMIENZO

Había sido una tarde de marzo. Para ser más específicos, un 13 de Marzo. Un número de mala suerte, y claro que era mala suerte. Este chico sólo me iba a causar problemas. Era la calle Mainstreet. Una calle empedrada y llena de iluminación, pero solitaria. Supongo que por eso me gustaba esa calle. Era como yo. Han pasado 8 meses desde que Joshua término conmigo, y siendo sincera, no hubo día en el que no pensara que el amor era una mierda. Igual que Joshua. Pero ese día, ese 13 de marzo, el amor paso de ser una mierda a algo totalmente nuevo, espeluznante, y lleno de creatividad. Al grano: conocí a James. Un chico apenas dos años mayor que yo. Era pintor. Abstracto, de hecho. Tenía unos ojos azules. Azules color cielo, y, además de todo... eran imanes. Me atraían... Y eso podía significar una cosa: éramos totalmente distintos. Después fui descubriéndolo, y comprobando mi pequeña y acelerada hipótesis, pero, vayamos poco a poco... Que este misterio apenas comienza.

RAZONES DE POR QUE NO AMAR A JAMES

Era una simple razón: Había tenido el valor como para cambiar mi vida radicalmente dos veces. La primera, enamorándome. Y la segunda, rompiendo mi corazón.

Era un engreído total. Una persona que creía enteramente en los estereotipos. Creía que era una copia de Poseidón. Esperen, ¿Poseidón era guapo? Digo, parecía Poseidón porque, según la mitología, Poseidón es el dios del agua. Y el agua cambia, revela, transforma, ahoga... Por eso era como Poseidón. En algún momento llego a cambiarme, revelarme, transformarme... Hasta el punto del ahogo. Es una metáfora sumamente rara, eso está claro. Pero es que no encuentro palabras para describir lo desagradable que es compartir una misma habitación con el. Lo horrible que es escuchar su respiración cerca de ti... Absorber su dulce aroma... Como a pintura y a naturaleza... Sentirlo con cada parte de tu cuerpo... No. Esperen, eso era gratificante. Bueno, ahora creo que lo saben. Lo peor de él era eso. Te hacia amarlo.

CAPITULO 3

La mirada más trágica.

Sus ojos azules me consumieron. Supongamos que yo lo consumí a él, porque cuando me miro... Sonrió. Yo sonreí también. Me miro de arriba a abajo, y yo me sentí desnuda por un instante.

-¿Cual es la manera más romántica de conocer a un chico?- me dijo mientras se acercaba a mí. Dios mío, era guapísimo.

Respira.

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