CAPÍTULO 21

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-Tienes que tomar el jarabe, bebé. Y nada de hacer berrinche, por favor. - Le dije calmadamente aunque con autoridad. No quería tener que discutir por algo así, mucho menos tener que castigarlo. A leguas se notaba que Max estaba cansado aunque aún así, el pequeño no daba su brazo a torcer.

-Ñooo!! - Repitió en un tono bastante infantil, poniéndose colorado. Al parecer, estaba teniendo una especie de rabieta. Pero qué demonio se había apoderado de mi dulce y gentil bebé?! Por qué rayos se había encaprichado si el sabor del jarabe era su preferido?!

No podía dejar de mirarlo con el ceño fruncido y mis manos picando por estrellarse contra sus nalgas... Sus cachetes se inflaban y desinflaban rápidamente mientras sus manitos se cerraban formando pequeños puños. Se lo veía tan gracioso y estaba seguro de que en cualquier otra circunstancia me hubiese reído pero en esos momentos no podía darme ese lujo. Maxi debía continuar su tratamiento. Papá había hecho una pequeña concesión en favor de su trasero, cambiando la dosis inyectable de esa noche por el jarabe, pero mi bebé no estaba viendo aquello como un favor.

- A ver, Lucas. Déjame a mí, por favor - Dijo papá, tomando el control de la situación... O al menos era lo que yo esperaba! -Maximiliano, tienes dos opciones:- Continuó, tomando entre sus dedos el frasco de la medicina - O tomas una tapita de este jarabe que está delicioso... o ahora mismo te aplico la inyección. Tú decides... - Terminó, cruzándose de brazos, clavando sus ojos azules en los celestes de mi niño. Se lo veía tan intimidante que juraba que Max diría que sí llorando.... pero me equivoqué.

No sé en qué instante dejé de respirar, esperando impaciente porque el adulto en Maximiliano pudiera entender lo que papá estaba sugiriendo, pero al parecer, desde que mi compañero empezó a usar los pañales, ya no era el mismo adulto joven que conocí, sino que se había vuelto en cierto sentido un bebé... Un bebé dulce y cariñoso la mayor parte del tiempo, pero ahora mismo estaba siendo un bebé berrinchudo que si no dejaba el berrinche, terminaría con la cola castigada.

-No quiedo! No quiedo!! No quiedo!- Gritaba, agitando los brazos y las piernas como si estuviera poseido.

-Maxiii... Quieres que te baje el pañal y te castigue acaso?! - Dije repentinamente, sorprendiendo a mi padre y a mi bebé con la rudeza con que habían salido mis palabras.

Había sido una amenaza muy cruel aquella...

Cuando vi que el labio inferior de mi bebé empezaba a tiritar mientras unos lagrimones comenzaban a deslizarse por sus mejillas regordetas y sonrosadas, me sentí tan mal que no pude ni moverme - Bebé, lo siento, pero debes tomar la medicina! - Murmuré, buscando calmarme y calmarlo a él también.

Pero cuando su llanto se hizo más caudaloso, mi corazón se hizo añicos y poco a poco fui sentándome a su lado para jalarlo contra mi pecho. - No llores, bebito... No pasó nada. Papi no está enojado, amor, sólo quiere que estés bien... Por eso debes tomar el jarabito.... Sí?! Vamos, bebé. Abre la boquita. - Le decía tiernamente, dando suaves palmadas a su pañal mientras papá iba preparando una cuchara con el medicamento rosado. En eso, me percaté que Max aún tenía el chupete entre los labios y se lo saqué a pesar del pequeño tirón que había hecho intentando retenerlo.

Max se había acurrucado entre mis brazos, esperando lloroso por la cuchara que se iba acercando a su boquita. Más lágrimas y un tierno puchero se habían adueñado de su carita y no me quedó más que alzarlo para sentarlo sobre mi regazo para que estuviera más cómodo y yo pudiera controlarlo.

Faltaba tan poquito para que bebiera el remedio.... Apenas unos centímetros más y mi niño hubiera tomado la dosis, pero ni papá ni yo contábamos con lo que iba a hacer Maximiliano, quien, en un arrebato de malcriadez no solamente golpeó la mano de papá provocando que la cuchara quedara en el piso sino que se salió de mi regazo y tomó el frasco con el medicamento de la mesita de luz y lo arrojó contra la pared, manchándola un poco.

Nacer de nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora