Lejos

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Solo le quedaba observarla mientras se marchaba, estaba bastante confundida y en su interior una gran batalla se libraba. "Déjame abrazarte una vez más" recordaba claramente como si no fuera haber habido ninguna distracción, aquel abrazo y lo genial que la hiso sentir, recorriendo todo su cuerpo con un calor agradable que rápidamente se convirtió en una necesidad tan fuerte como respirar.

Tomoko Kuroki se maldijo por haber estado tan ciega, en ese momento ya a lo lejos Megumi se despide una última vez agitando su mano mostrando una sonrisa como siempre lo había hecho. Tomoko ve y temblorosa medio lavanda su mano derecha imitando aquel gesto acompañándole una mueca triste que le sigue una lagrima que de sus ojos verdes se derrama.

"mis ojos siempre te buscaban"

─ Adiós... senpai

Como le hubiera gustado haber sido todo para la presidenta del consejo, mientras solo ya había quedado las revelaciones que tarde habían llegado. Aquella chica mayor en su corazón guardaba tanto cariño hacia su menor desde aquel día en el que la vio toda ensangrentada y pálida.

"me gustas mucho Tomoko-chan"

Una declaración fue parte de la despedida ya sin duda atormentaría a Tomoko por el resto de sus días, su alma que suspiraba esperando aquel instante en que su príncipe la reclame como novia, aquel príncipe jamás existiría pues en el corazón puro de una hermosa mujer el amor floreció para ella... para Tomoko.

─ Kuroki ─ alguien llama desde la distancia perturbando la soledad de nombrada

Kuroki hace un gesto limpiando su rostro para que no la vieran tan mal, vuelve a ocultar su ojo derecho tras sus cabellos el mismo que rojo por el dolor era más notorio. Con la cabeza gacha acude al llamado y sigilosa llega hasta esas dos chicas que le esperaban impacientes.

─ ¿ahora que tienes? ─ pregunta Yuri pero conociéndola desde antes deja su curiosidad y continua adelante

─ nada ─ susurra débil esperando que haya sido suficiente para que no la bombardearan con preguntas estúpidas que ella no quería responder.

Mientras tras un árbol una rubia que había visto toda la escena maldiciendo aquel momento en el que su compañera Tomoko con tal desagrado como siempre repudiaba el comportamiento que tuvo con la ex presidenta del consejo.

─ Esa maldita tratando de aprovecharse de una de las chicas que se gradúan justo antes de su partida... ─ decía aquella rubia apretando los dientes con rabia ─ ¡siempre tan repulsiva!

Pero sus palabras no reflejaban lo que sus ojos transmitían, y en aquellas gotas cristalinas que corrían por su mejilla las palabras cambiaban de significado. Siempre queriendo ser el centro de atención de la chica de ojos verdes, siempre insultándola por como veía a otras chicas y no le prestaba atención a ella, siempre enamorada de esa pequeña paliducha que tan mal le caía.

Ya que no soy popular, me quedaré en medioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora