Un sueño imposible de alcanzar

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El tono de alarma de un celular reposando en una mesa de noche empieza a sonar repetidamente marcando las 4:45 a.m, haciendo que unos hermosos ojos de color violeta se abran lentamente, Violeta estiró su brazo para mirar su celular y apagar la alarma, para así levantarse lentamente de la cama y se dirigió al baño para bañarse, al cabo de unos minutos salió con una toalla rodeando su cuerpo y se empezó a poner su uniforme para el trabajo, consistía en una camisa de color blanca elegante y en el cuello estaba adornado con una cinta de color azul, una falda de color negra pegada hasta un poco mas arriba de las rodillas y unas zapatillas de medio tacón de color azul oscuro, su cabello lo dejó suelto adornándolo solo con un pequeño moño de color azul y se pintó sutilmente los labios de rojo, preparó su bolso y se fue hacía su trabajo.

Violeta Ramirez es una chica de 23 años, que trabaja como secretaria del dueño de una de las empresas de Joyas más reconocidas de la ciudad y de las más exitosas, ella es de cabello castaño y largo, ojos de color violeta y piel blanca. Violeta no es una chica común, en vez de salir de compras y a salones de belleza, ella prefiere quedarse en su apartamento leyendo un buen libro o escribiendo poemas y novelas románticas, su más grande sueño siempre ha sido convertirse en una gran escritora, pero su sueño ha estado realmente muy lejos de ella, pues apenas puede mantenerse así misma con lo que gana y no tiene mucho apoyo, ya que ya hace 3 años que su familia se separó de ella y la verdad nunca apoyaron la idea de que ella fuera una "simple" escritora, así que al terminar sus estudios de Administración Empresarial buscó trabajo y también un apartamento donde ella pudiera vivir tranquila sin las críticas de su familia, ellos no la volvieron a llamar y nunca la visitan al apartamento, se alejaron totalmente de ella.

Ella se subió a un bus el cual todas las mañanas, ella transbordaba para ir a su trabajo, después de un rato ella llegó al edificio en donde trabajaba, entró y se dirigió al ascensor que subió hasta el décimo piso, en donde se encontraba la oficina de su jefe y al lado la que le pertenecía a ella, se acercó a la oficina de su jefe quien estaba sentado enfrente de una computadora observando algunos papeles que tenía en sus manos.

— Buenos días... Señor...— Dijo un poco tímida.

— He dejado algunos archivos en tu escritorio, quiero que los revises y los etiquetes, para este medio día los necesito, no tardes. —Dijo él con frialdad ignorando el saludo de ella.

— Si, señor... Me retiro. —Acató ella un poco triste.

Aunque no era sorpresa lo que acababa de suceder aún le ponía triste, su jefe era bastante estricto y frió con ella, sin embargo sabía que él la había contratado porque sabía que era eficiente y buena para el trabajo, pero no le costaba ser un poco más amable, aunque solo fuera que respondiera el saludo. Ella se dirigió a su oficina y vió los archivos en su escritorio y pudo notar que eran bastantes, suspiró y se sentó en la silla viendo archivo por archivo, si su jefe los necesitaba para el medio día debían ser muy importantes, y ella al leerlos se dió cuenta inmediatamente, con cuidado pero con rapidez los revisó y los etiquetó en orden alfabético. A las 11:00 a.m Violeta terminó el último archivo, sonrió satisfecha organizando todo para entregárselo a su jefe, se fue a la oficina de él y lentamente se asomó a la puerta, pero no se atrevió a tocar por la conversación que mantenía su jefe en el teléfono.

—... Si, no te preocupes, esta tarde podremos vernos... Si... Te veré allá... Adiós.

Violeta notó que había colgado así que tocó la puerta, su jefe alzó la mirada y la vió parada en la puerta con los archivos en los brazos.

— Ya he terminado.

— Ponlos en la carpeta azul del estante, necesito que quites las cosas que ocupen mi agenda, tengo que salir en la tarde.

Dream BoyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora