San Pascual Danzón es un pueblo ubicado en los Altos de Jalisco. A 40 kilómetros de Jalostotitlan y 145 kilómetros de Tepatitlán de Morelos. Un pueblo de no más de 4000 gentes. Gentes más gentes menos.
En este singular pueblo alteño, vivía un personaje que era más que conocido en ese pueblo. Un hombre de unos cuarenta y cinco. Larguirucho, alto, de ojos color cian, de piel algún tiempo blanca pero ahora sonrosada por estar constantemente expuesto al sol alteño que no perdona a ningún cristiano, por más influyente que éste sea. El astro rey agarra parejo, porque por algo ha de ser que se le designó el mote de "astro rey." Este compadre además, tenía el pelo negro con algunos mechones grisáceos a causa del paso de los años. No era feo, pero tampoco guapo sino más bien simpático de cara. En pocas palabras, podría decirse que estábamos viendo a un típico alteño jalisciense. ¡Sí, señor!
Los vecinos lo conocían, no tanto porque era criollo de allí, ni tampoco porque era diligente y más a comedido que ningún otro. Mucho menos por ser un tipo muy afable y optimista.
Se le conocía porque era el hombre con más mala suerte de todo San Pascual. Y tenía como infortunio llamarse Fortunato. Vaya ironía de nombre.
Los pobladores más viejos recuerdan que cuando Fortunato nació, en pleno parto se les fue la luz de la casa. El viejo señor cura recordaba que cuando lo llevaron a bautizar, se le resbaló de las manos a su padre y se dio tremendo golpe la criatura que le tuvieron que suturar apenas terminado el bautizo, de eso le quedó como recuerdo una pequeña cicatriz en la frente del lado izquierdo. Por lo mismo de su mala suerte, Fortunato no terminó mas que hasta tercer año de primaria. Pues siempre terminaban echándole la bronca a él de las travesuras de sus compañeros, sin mencionar que él causó una tremenda epidemia de piojos en el instituto por haber ido de visita al rancho de su tío Eusebio en ciudad Guzmán. Las anécdotas de Fortunato son interminables, pues van desde una corretiza por parte de los Guajolotes de doña Eufrasia, la tendera, hasta quemar los fusibles del café-internet de Sebastián el recién egresado hijo de don Julián, el pollero. Bueno, con decirles que don Prócoro Aguilar, "El Mafufo del sur", le pagaba mensualmente y de manera religiosa, la módica cantidad de $5000 con tal de que no se acercara a su plantío de Cannabis, porque no fuera a ser que le secara el negocio con tan solo pasar su sombra.
Fortunato era el segundo hijo de los 10 procreados por el matrimonio de don Guadalupe Jáuregui Reyes y de doña Socorro Elizalde Mora. Sus hermanos Inocencio, Fidel, Socorro, José Manuel, Berta, Gabino, Melquiades, Febronio y Rosalío; desde hacía ya mucho tiempo habían volado del nido y ya tenían una vida hecha. Con excepción de José Manuel y Berta que aún continuaban sus estudios en la capital del estado y por facilidad vivían allí con su tía Fátima, hermana de doña Socorro. Fortunato aún vivía en San Pascual con sus padres. Pues doña Socorro quería tenerlo cerca para estar al pendiente de él. Pues el pobre hombre era rara vez que salía de la casa sin darse un golpe en el dintel de la puerta. Don Guadalupe no estaba muy de acuerdo con la decisión de su mujer. Pues decía que Fortunato ya estaba más que "crecidito" para seguir viviendo bajo su techo. Pero le daba la razón a su mujer, pues Fortunato ya había pasado por todos los oficios que el pueblo podía ofrecerle y terminaban despidiéndolo porque siempre algo terminaba pasando, pero le pagaban su sueldo por "haberle echado ganas." Incluso don Guadalupe, cuando Fortunato era un adolescente, lo había puesto al frente de una de las carnicerías que tenía en el pueblo. Dos semanas después lo tuvo que sacar de allí, pues la noche anterior Fortunato no había cerrado bien la carnicería y se metieron perros, gatos y varias alimañas que echaron a perder la carne. Sin mencionar que tuvo el muchacho un percance con la sierra y que por poco se quedaba sin dedos.
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Fortunato, Desafortunado
HumorLa vida del alteño Fortunato Jáuregui Elizalde, desde que te tiene memoria, siempre se ha visto rodeada de mala suerte. ¿Será que a ahora será diferente? *Esta obra va a estar en constante edición, todos los derechos reservados.*