Capítulo 1: Miradas

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Desde hace varios días su querido jefe, amigo, dios bendito, creador de todas sus leyes, había estado demasiado raro. Obviamente Gokudera notó todos los cambios que se estaban dando, pero no hallaba una explicación coherente. Y todo empezó tres días atrás...

Generalmente en las mañanas Tsuna siempre los acompañaba a desayunar, después de todo era el que impedía que los guardianes se mataran entre sí o destruyeran toda la mansión en una de sus batallas. Pero en esos días se había excusado y no lo habían visto más que en el almuerzo, porque en la cena su cielo tomaba un simple té y se retiraba presurosamente. Era extraño. Un comportamiento se añadía también a la sección de "extrañeza" y eran las citas agendadas con extrema precisión por el mismo Tsuna, de las cuales un sesenta por ciento fueron canceladas, siendo el propio jefe quien llamaba para ofrecer una disculpa por la falla. Además, se incluía el papeleo. Ese mar de documentos siempre estaba ahí para que el cielo los firmara desde que el sol salía hasta que la noche los envolviera, pero en esos días su jefe los revisaba por exactamente seis horas y nada más, después desaparecía sin siquiera avisar.

Raro, demasiado, incluso Hibari había comentado que el herbívoro estaba actuando diferente.



—Tal vez se siente mal y no quiere preocuparnos — Takeshi sonreía mientras participaba dando ideas en esa mini junta improvisada que hizo Gokudera al tercer día, en la cena, justo después de ver a Tsuna irse

—Si es así deberíamos llevarlo al médico de inmediato — opinó Lambo mientras comía su porción de pasta

—Tal vez deberíamos preguntarle directamente, no vaya a ser que esté pasado por un nivel de estrés elevado y nos congele a todos como la última vez kufufu — a pesar de su risita maliciosa, Mukuro sintió un leve cosquilleo en su piel al igual que los demás

—No me lo recuerdes... con solo pensar en eso me da frío, ¡al extremo!

—Si hace algo raro, lo morderé hasta la muerte — obviamente el orgullo de la nube fue pisoteado esa vez y quería pelea, buscaría cualquier oportunidad... aunque se le ocurría una mejor forma de tener venganza

—Lo peor es que Reborn no está aquí — suspiró Lambo — él le preguntaría claramente las cosas de una vez por todas — a sus quince años parecía haber madurado lo suficiente como para dar esos argumentos sin problemas

—Deberían dejar al boss en paz — la única mujer de esa reunión al fin habló con seriedad —. ¿No recuerdan qué fecha se avecina?

—¿De qué hablas? — el sol se cruzó de brazos, quería respuestas claras y sencillas

—Kufufufu... mi querida Chrome habla de "esa" fecha — Mukuro sonrió ladeadamente logrando que las miradas se centraran en él — entonces eso justifica que no quiera salir de la mansión. Para él no es agradable que alfas y betas lo olfateen como carne de primera clase

—Oh —esa expresión fue generalizada por todos en la mesa. Chrome miró a Lambo y éste le sonrió diminutamente pues eran los que mejor entendían a Tsuna, después de todo, ellos también eran omegas

—Entonces... esa fecha — Takeshi se rascó la mejilla mientras miraba a todos sus amigos. Él siendo beta junto con Ryohei, no se veían tan afectados en esa fecha, pero había otros que sí eran bastante problemáticos y un poquito incontrolables en ocasiones, aunque claro, todos sabían que Tsuna podía defenderse bastante bien de ser el caso

—Duraznos — Hibari dijo eso con calma total mientras se levantaba de su lugar y sonreía de lado

—Oh no, mi querida ave-kun — Mukuro miró a su adversario con diversión — ese aroma dulce sólo yo lo apreciaré, kufufu

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