Nunca me he sentido cómodo con las personas, nunca se me ha dado el hecho de hablar, entablar relaciones y reírse con el grupo. El constante temor de decir cosas que no debería decir.
Pero con él era distinto.Siempre me pregunto cómo hubiera sido mi vida si esa cara de niño no se hubiera asomado por mi ventana.
Probablemente seguiría aquí, pasando las hojas de mis amarillos libros, escribiendo celosamente solo para mí.Las palabras fluyen, y todo lo demás se congela, incluyendo mi pánico, y en la habitación sólo estamos el y yo, que es lo único que importa.
Y en el escenario, cuando toca esas melodías que tanto me hipnotizan, siento cómo si fueran solo para mí, cuando nuestras miradas se cruzan y sonríe con un gesto de aprobación, quizá, tratando de decir "mira lo que estás haciendo", ese momento, es nuestro.Pienso en todas estas cosas y se me es tan difícil levantarme de mi cama. No les puedo fallar.
Me miro al espejo, analizo cada parte de mi cara, cuento las cosas que me gustan y las que no, me peino (o trato).
Escojo algo cómodo, que no llame la atención.Abro la puerta y siento como el frío golpea mi cara, como el paisaje gris me absorbe, me atrapa y me obliga a seguir.
- Aquí vamos - me dije con poco ánimo.
Al llegar al estudio se produjo un silencio extraño, vi que todos habían llegado, todos estaban instalados, menos yo.
Andy y Mike me dedicaron una sonrisa cálida, pero Johnny ni siquiera me miraba, ese enano podía llegar a ser muy fastidioso a veces.- La princesa logró salir de la Torre! - dijo Mike agitando las baquetas.
- Y prometo no volver a subir hasta nuevo aviso- Johnny me miró de reojo e hizo una mueca extraña, trataba de contener su sonrisa? - Bueno... será mejor que empecemos.
Fue una tarde muy productiva, de esas tardes que me llenaban tanto, extrañaba cantar, extrañaba escuchar el bajo, la batería y por supuesto, esa tan particular guitarra.
Los sonidos se iban mezclando y cada vez sonaba mejor, no podía creer que yo estuviera haciendo algo
bien.Cuando terminó la cesión, cada uno se fue por su cuenta, yo fui el último, ya que me gusta verificar que todo quede en su lugar, que no haya nada conectado y que las luces estén apagadas, además no confío en Andy cuando de cerrar candados se trata.
Mi ritual fue interrumpido por Johnny, que miraba desde lejos mientras fumaba. Podía sentir como analizaba cada movimiento que hacía y eso me ponía nervioso.- Caminas?- dijo secamente.
- Pero lejos de esa cosa - dije apuntando su cigarro, quizás no era el momento para ser un maldito, pero el me conoce.Caminamos por el gris paisaje, sin hablar, sin mirarnos.
De repente, Johnny rompió el silencio.- No lo vuelvas a hacer- dijo encendiendo otro cigarro.
- Qué cosa?
- Desaparecer, no lo hagas.
- Está bien.El silencio volvió, pero ya no era incómodo, ahora él sonreía y respiraba más calmado.
- Mira - dijo apuntando los árboles que en ningún momento noté, ya que solo me dediqué a observar cada gesto que hacía, tratando de leer su comportamiento, tratando de entenderlo- Es otoño, me gusta el otoño, sus colores naranjos me hacen sentir tan cálido, tan en paz, y su viento no es crudo como el del invierno, este viento te acaricia, y dan ganas de salir y fumar.
Desde ese momento deseé ser otoño en su vida.
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Hand in Glove
FanfictionNo, este no es como cualquier otro amor, este es distinto porque somos nosotros Podemos ir donde nos plazca y todo depende de cuán cerca estés de mí.